La expresidenta tiene fueros y no irá presa, pero falla en su intento por evitar el juicio oral por el presunto encubrimiento del atentado sobre la AMIA
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner llega a los tribunales de Buenos Aires para declarar ante el juez Claudio Bonadio, el 25 de febrero pasado. AFP
La Corte Suprema de Argentina ha dado un golpe duro a Cristina Fernández de Kirchner. Los cinco miembros del tribunal rechazaron una queja presentada por la expresidenta y ratificaron la prisión preventiva que enfrenta por el presunto encubrimiento de los autores del atentado que en 1994 destruyó la sede de la mutual judía AMIA en Buenos Aires. Fernández de Kirchner no irá a la cárcel porque está protegida por los fueros que ostenta como senadora. Ha perdido, sin embargo, el último recurso para evitar un juicio oral que aún no tiene fecha.
El juez Claudio Bonadio quiere que Fernández de Kirchner explique ante un jurado si el pacto con Irán, firmado en 2013 y ratificado por el Congreso argentino, fue, en realidad, un “plan criminal” ideado desde la Casa Rosada para proteger a cinco iraníes sospechosos de ser los autores intelectuales del atentado. A cambio, Argentina obtendría beneficios económicos derivados de la relación comercial con Teherán. El kirchnerismo presentó el pacto como la única posibilidad de avanzar en la investigación por el ataque terrorista, paralizada por la negativa iraní a aportar el testimonio de sus ciudadanos acusados en Buenos Aires.
El memorando no se aplicó porque no pasó el filtro del Congreso iraní, pero las denuncias presentadas por la comunidad judía contra el acuerdo siguieron su curso en Argentina. La causa contra Kirchner fue una derivación de una investigación del exfiscal Alberto Nisman, quien apareció muerto de un disparo en la sien en su piso de Buenos Aires cuatro días antes de presentar su investigación ante el Parlamento. Nisman murió en enero de 2015 y aún no se sabe si fue un suicidio o un asesinato.
La causa llegó finalmente a manos del juez Claudio Bonadio, verdadero azote del kirchnerismo en varias causas por presunta corrupción. Kirchner dijo siempre que la investigación de Bonadio fue una persecución política orquestada desde el Gobierno de Mauricio Macri. Y sostuvo que una decisión de Estado que pasó incluso por el Parlamento no puede ser judicializada. Para el juez, en cambio, la situación siempre estuvo clara y por eso procesó por encubrimiento a Fernández de Kirchner y dictó su prisión preventiva.
Los abogados de la expresidenta recurrieron entonces a la Corte, que rechazó su queja con el argumento de que “no se dirige contra una sentencia definitiva o equiparable a tal. Por ello se la desestima», dictaminaron los jueces del máximo tribunal. Fernández de Kirchner deberá esperar ahora a que Bonadío ponga fecha al juicio oral, que se sumará a otro que ya está en agenda.
El 21 de mayo, la expresidenta se sentará en el banquillo para responder por su presunta responsabilidad en una red de corrupción vinculada a la obra pública. Ambos procesos avanzarán en paralelo a la campaña electoral. En octubre próximo habrá elecciones generales y Fernández de Kirchner deberá decidir si competirá o no contra Macri, quien irá por la reelección
EL PAÍS
FEDERICO RIVAS MOLINA