Cuando aún era presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, intentó reformar la Constitución de su país para conseguir reelegirse en el cargo, lo que no consiguió.
Ahora, fuera del poder, sin fueros y sin el impacto que generaban antes sus apariciones públicas , la exmandataria se ve arropada de investigaciones judiciales por varios casos de corrupción, mientras sus aliados políticos deshojan la margarita a sabiendas de que a la exlíder del país le aguardan horas amargas ante la Justicia.
Cuatro causas ensombrecen el futuro político de Fernández de Kirchner; tres de ellas la involucran con lavado de dinero. En la cuarta, ya está formalmente procesada, y se le acusa de perjuicio económico al Estado por la venta de dólares a futuro, por parte del Banco Central de Argentina (BCRA).
Aunque esta investigación es la que ha avanzado más rápido, es la menos comprometedora. “Es muy difícil demostrar que hubo un delito penal en esta operación del Banco Central”, estimó el periodista argentino Fernando Laborda.
Causas amenazantes
El 14 de mayo pasado, un fiscal solicitó que Fernández de Kirchner sea investigada en una causa de presunto lavado de dinero en la que está vinculado el empresario Lázaro Báez, cercano a la familia Kirchner.
La solicitud del fiscal se produjo luego que un testigo clave en el caso -un exempleado administrativo de Báez- involucrara a la expresidenta en la llamada “ruta del dinero K”, una presunta red de lavado de activos en operaciones con sobreprecios en la obra pública.
La exmandataria está también investigada en la causa Hotesur, por el alquiler, supuestamente ficticio, de habitaciones en hoteles propiedad de los Kirchner a empresarios amigos, entre ellos Báez.
La otra causa es la de la sociedad Los Sauces, propiedad de los Kirchner, en la que se sospecha que la exmandataria ocultó parte de su patrimonio.
“Hay elementos claros para que sea condenada por las causas Hotesur y Los Sauces, donde claramente la familia presidencial y ella misma, como integrante de algunas de estas sociedades, hacían actividades incompatibles con la administración pública”, dijo Laborda.
Luego de cuatro meses de haber dejado la Presidencia, Fernández de Kirchner reapareció a mediados de abril en Buenos Aires, citada a comparecer ante un Tribunal por la causa del Banco Central argentino.
La dirigencia kirchnerista y la propia Fernández de Kirchner aprovecharon la ocasión para recuperar protagonismo político. Una convocatoria a respaldar a la expresidenta movilizó a unos 50.000 simpatizantes en la capital argentina.
“Con la movilización Cristina logra mostrar que el kirchnerismo es una minoría activa con capacidad de movilizarse en la calle, pero, por el momento, sin capacidad de aglutinar el peronismo”, opinaba el analista Rosendo Fraga, del Instituto Nueva Mayoría.
Analistas prevén un alejamiento entre el peronismo tradicional y el kirchnerismo. “La expresidenta tiene problemas políticos, en el peronismo sobre todo, porque nadie ignora que sus cuestiones con la Justicia se agravarán irremediablemente”, consideró Joaquín Morales Solá, periodista del diario La Nación.
Fuente: La Nacion.ar