En los últimos años el mundo ha presenciado una tendencia de crecimiento indetenible. Se trata de un cambio en la mentalidad de las personas, que está llevando a que cada vez sean más conscientes sobre la importancia del medio ambiente, y del cuidado de la salud propia. La comida orgánica es una de las principales aristas.
Se conoce como alimento orgánico, o biológico, a aquel que sigue procedimientos que evitan el uso de productos químicos dañinos para el medio ambiente, como pueden serlo los fertilizantes artificiales, pesticidas, herbicidas, y otro tipo de modificaciones genéticas.
Gracias a los millennials, la cohorte de edad más importante en el mundo de los negocios actualmente, este mercado ha crecido de forma exponencial, volviéndose un requerimiento para millones de personas en todo el mundo, haciendo que tenga un valor de 320 millardos de dólares en menos de 10 años.
Aunque muchos no lo sepan, es una tendencia de la que Venezuela no se escapa, ya que en los últimos años se ha visto el nacimiento de restaurantes y emprendimientos enfocados en la creación y comercialización de estos productos. Un par de ejemplos de esto incluyen a «Orgánico y Natural», y «Mi Barranco».
Sin embargo, uno de los problemas que presenta este mercado es que los procesos requeridos para producirlos, hacen que el producto final sea más costoso que los tradicionales. En cuanto a esto, el productor puede decidir posicionarse para un público de altos ingresos económicos, pero esta no suele ser la opción más atractiva.
Es por eso que surge otra idea de negocios más interesante: generar divisas a través de estos alimentos. Al tratarse de productos que no satisfacen las necesidades alimentarias de las masas, la producción de los mismos, teniendo como objetivo final la exportación, hacen de este mercado uno muy atractivo.
Es importante recordar que, debido a las distorsiones planteadas por las múltiples cotizaciones del dólar en nuestro país, los servicios de exportación a través deempresas de envíos nos hacen mucho más competitivos que el resto de la región, por lo que los productos venezolanos pueden calar de forma más sencilla a nivel global.
Según distintos expertos, algunos de los mejores destinos para la exportación de productos orgánicos incluyen a Estados Unidos y China, dos países con los que Venezuela suele comerciar de forma estable y exitosa. Otros países incluyen a Alemania, Francia, Canadá y Reino Unido.
Se trata de un negocio altamente atractivo a explotar en nuestro país, ya que el mismo no solo cuenta con herramientas y destinos con los que comerciar, sino que también puede ayudar a los venezolanos a generar las tan preciadas divisas. Estas no solo funcionarían como ganancia personal, sino como un método de escalar la producción y exportación venezolana.
El Emprendedor