La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves una ley migratoria que da una vía hacia la ciudadanía a los “dreamers”, los cientos de miles de jóvenes que llegaron al país siendo menores de edad.
El proyecto de legislación -apoyado por la Casa Blanca- fue aprobado por 228 votos a favor y 197 en contra en la Cámara, donde los demócratas tienen mayoría. Nueve legisladores republicanos votaron a favor.
Poco después también se apruebe una ley para los trabajadores agrícolas. Ambas legislaciones forman parte de los compromisos del presidente Joe Biden y se esperaba que fueran aprobadas por la cámara baja, donde los demócratas tienen mayoría.
Sin embargo, ambos proyectos enfrentan un panorama complicado en el Senado, ya que requieren apoyo de los republicanos en un momento en que la oposición denuncia una crisis en la frontera con México por el alza de las llegadas de migrantes.
Este jueves, la Casa Blanca indicó que la ley para proteger a los “dreamers” (soñadores) era “un hito decisivo en el camino para dar un alivio muy necesario a millones de indocumentados que consideran Estados Unidos como su hogar”.
Biden había urgido en un tuit al Congreso a encontrar “soluciones a largo plazo” para poder crear un “sistema migratorio humano y poder abordar las causas de raíz de la inmigración”. El presidente se ha comprometido a dar una vía a la ciudadanía para 11 millones de indocumentados.
Esta ley contempla también dar una vía hacia la ciudadanía a los beneficiarios del Estatuto de Protección Temporal (TPS), un programa que ofrece protección a personas de países que sufren conflictos armados, desastres medioambientales como huracanes o terremotos o situaciones catastróficas como epidemias. Los ciudadanos de Venezuela y Myanmar en el país han sido los últimos beneficiados por esta medida.
La historia de los “soñadores” ha estado llena de avances y reveses en la última década, sin que se lograra nunca una solución en el legislativo para estos cerca de 700.000 jóvenes, la mayoría de ellos latinoamericanos.
En 2012, el presidente demócrata Barack Obama les otorgó un estatuto de protección mediante una acción ejecutiva que estableció la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), un decreto que les permitió estudiar, trabajar, conducir y los cobijó de la amenaza de las deportaciones.
Pero su sucesor republicano Donald Trump canceló este estatuto, dando lugar a una larga batalla judicial que terminó en la Corte Suprema, que se pronunció en 2020 contra la forma en la que el presidente anuló este programa.
El decreto de Obama benefició a unos 700.000 jóvenes, pero actualmente para esta regularización calificarían millones de personas.
“Estoy muy emocionada de que hoy la Cámara va a adoptar un paso importante para terminar con el velo de miedo y de incertidumbre que ha plagado las vidas de nuestros soñadores durante demasiado tiempo”, dijo a periodistas antes de la votación la congresista demócrata que patrocina la iniciativa, Lucille Roybal-Allard.
En contraste, Steve Scalise, el número dos de los republicanos en la Cámara de Representantes, urgió a su bancada a votar en contra de la norma afirmando que esta “empeoraría el flujo de ilegales” a Estados Unidos. No obstante, la oposición republicana a la ley para los trabajadores agrícolas no es unánime. Así lo reflejó la votación final, que se llevó 247 votos a favor y 174 en contra (actualmente está compuesta por 219 demócratas y 211 republicanos).
El congresista por Washington Dan Newhouse indicó durante el debate que la ley crea empleo y un programa basado en los méritos para los trabajadores agrícolas extranjeros. “Esto elimina los incentivos para la migración ilegal”, expresó.