Kwiatkowski, campeón mundial; Valverde, bronce

Kwiatkowski, campeón mundial; Valverde, bronce

El polaco gana el título en un valiente ataque en solitario por delante de Gerrans y el murciano, que logra su sexta medalla

 

Michal Kwiatkwoski fue el que más creyó y eso en el deporte, en el ciclismo, es media vida. El polaco consumó una excepcional tarea de su selección y conquistó la medalla de oro en el Mundial de Ponferrada. Un valiente ataque en la última vuelta le dio el suficiente margen para coronarse. Gerrans alcanzó la plata en el sprint y Valverde, el bronce. La selección española fue algo tímida en sus prestaciones, esperando solo al final, donde Valverde no logró romper el grupo aunque sí llevarse otra medalla a su colección (la sexta).

 

La carrera amaneció sin la tensión imaginada. Apenas el pelotón cruzó por el castillo templario de Ponferrada se montó una fuga que abarcó dos tercios de la prueba. Un croata, Kvasina, un lituano, Savickas, un ucranio, Polidova y un colombiano, Quintero, se armaron de valor para atentar contra la determinación de un pelotón lleno de depredadores, un kilometraje sin igual durante el año (254) y una extensa jornada laboral (siete horas).

 

El asunto duró más de lo habitual en un Mundial, hasta el punto de anestesiar la cita. Consumida media jornada, los escapados aún disfrutaban de doce minutos de ventaja. Australia, con sus dos cabezas -Gerrasn y Matthews-, y Polonia, con Kwiatkowski, comenzaron a tomar el pulso al pelotón y a tirar de él.

 

Hasta que Italia no asomó sus casacas azules entre la lluvia, el tedio no alfojó. Los italianos son gente de sangre caliente y su arreón tuvo un efecto descompresor. Cercenaron la fuga y decretaron el toque de corneta a 67 kilómetros con un ataque de Fabio Aru.

 

De ahí surgió otro escenario, más propio de la excitación natural de un Mundial. Tony Martin se recreó en su peculiar estilo de panzer sobre la bicicleta con una vuelta meteórica en solitario, que obligó a Australia y Francia a darlo todo en su persecución.

 

Los favoritos se guardaron en la penúltima vuelta, todos expectantes ante las dos últimas subidas, y unos cuantos secundarios tomaron el control. Gautier, De Marchi, Andersen y Kiryenka pasaron en cabeza con 44 segundos sobre el pelotón al sonar la campana del último giro.

 

Todo quedó para la última vuelta y ahí se ventiló el Mundial. El primer ataque, como la primera impresión, fue el bueno. Michal Kwiatkowski cruzó el puente del embalse sin esperar a la última ascensión y consumó el trabajo de su selección. Nadie pudo echar el guante a este valiente ciclista, que comenzó el año ganando en Portugal y lo cierra con el Mundial. Lo intentaron Purito, Valverde, Gilbert, Van Avermaet y todo aquel a quien le quedaban fuerzas, pero nadie con tanto fuelle como para recortar nueve segundos en el descenso. En el sprint del grupo Gerrans logró la plata y Valverde el bronce.

 

Fuente: ABC

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