En 2014 comenzó una de las batallas más llamativas del mundo del pop actual. Katy Perry y Taylor Swift pasaron de ser amigas a enemigas y su relación incluso llevó a la ex niña prodigio del country a dedicarle «Bad Blood» a la intérprete de «Roar».
Pese a que la prensa de farándula internacional atribuyó el pleito a un triángulo amoroso, Swift aseguró en su momento que lo que estalló su batalla fue que Perry intentó sabotear su gira mundial, al llevarse a unos bailarines.
Tres años después, Perry finalmente rompió el silencio. Durante el programa «Teh Late Late Show» de James Corden, la cantante, que se encuentra en medio de la promoción de su disco Witness, finalmente habló de lo que ocurrió entre ambas. «La situación es la siguiente: honestamente, ella lo comenzó y es tiempo de que lo termine», aseguró Perry al ser consultada sobre esta rivalidad.
Según explicó, todo se trató de «unos bailarines». «Hay tres (de mis) bailarines que se fueron con ella de gira y me preguntaron antes de irse si podían ir y yo les dije que sí, que estaba grabando y ella es genial, pero que estaría grabando y probablemente terminaría en un año, así que les dije que se aseguraran de poner una cláusula de contingencia de 30 días para que puedan salirse si quisieran reunirse conmigo cuando yo salga de gira», agregó.
Cuando pasó ese año, Perry les envió un mensaje explicando que iniciaría su tour, por lo que ellos inmediatamente hablaron con el manager de Swift. «Fueron despedidos», aseguró. «Traté de hablar con ella, pero no me hablaba. Cada vez que siento que hay algún roce, trato de hacer lo correcto. Fue un enfado definitivo, luego ella escribió una canción sobre mí y pensé ‘cool, cool, cool, ¿así es como quieres solucionarlo?'», explicó. Según afirmó, todo se trata de karma, ya que todo se rige bajo la ley de causa y efecto. «Si haces algo, habrá una reacción, y créeme, habrá una», sentenció.
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Por Confirmado: Oriana Campos