Katy Perry acapara miradas allá por donde va. Ya sea porque va disfrazada de «tigresa» o porque revuelve a las masas con una bochornosa actuación en directo, la cantante hace gala de una belleza natural que sabe explotar. Así lo hemos comprobado tras ver la última portada de «GQ», una revista que ha apostado por los ojos azules de la californiana para presentarlos en su portada.
En la primera página de la publicación, la intérprete de «Roar» posa en una postura muy sexy vistiendo un favorecedor trikini con rayas negras y blancas que recuerda al estilo marinero. Con el pelo suelto y su clásico labial rojo intenso, Katy Perry luce un amplio escote que no resta atención de sus bonita mirada que, como siempre, maquilla con una línea de «eyeliner» negro y decora con pestañas postizas para ampliar la intensidad de sus ojos.
Respecto a su pecho, del que dicen que es el más envidiado del panorama artístico, Perry ha afirmado que cambió cuando ella tenía 11 años. Una noche, la que por entonces era tan solo una niña rezó rogando un cambio físico: «Estaba acostada y miré mis pies. Le recé a Dios. Dije: «Dios, ¿podrías hacerme tener un pecho tan grande que no me pueda ver los pies cuando esté acostada?». Dios respondió mis oraciones», sentencia la cantante. No es la primera vez que Katy Perry reconoce estar en contacto con un poder divino.
Fuente ABC