Los tabloides británicos han encontrado un filón que parece inagotable: la mala relación entre las duquesas de Cambridge y Sussex, es decir, Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo, y Meghan Markle, mujer del príncipe Harry.
El último capítulo de la saga es que el pasado miércoles, Middleton cumplió 37 años, y sus cuñados no fueron a la fiesta, publica The Sun.
Pese a que el día de Navidad una partida de scrabble parecía poner algo de tregua entre ambas, la afición de Catalina a la caza y el rechazo de Meghan a esta práctica volvió a encender la animosidad entre ellas.
Kate celebró su aniversario en la mansión de Anmer Hall, cerca de Sandringham. A la fiesta acudieron amigos íntimos de la esposa del nieto de la reina Isabel, pero no sus cuñados, que esperan un bebé.
Meghan Markle no parece que esté viviendo una etapa fácil en la familia real. Hace un mes, dos asistentes renunciaron a su empleo, mientras que la secretaria privada de los duques ya ha anunciado que dejará el puesto cuando nazca el bebé de los duques. Según la prensa inglesa, Markle es «dictatorial» y manda correos electrónicos con peticiones a horas intempestivas.
GV
