Lejos del concepto meramente sexual, el libro ofrece desde consejos sobre cómo mejorar el atractivo con una vida sana hasta remedios prácticos para teñir antiestéticas canas, junto con advertencias sobre los riesgos del adulterio o sobre cómo abordar la prostitución
Todo el acervo cultural que ofrece el Kamasutra desde hace más de mil años, mucho más que un mero catálogo de posturas sexuales, parece haberse esfumado con el paso del tiempo hasta el punto de que el libro ha quedado relegado en su país de origen, la India, a un mero recuerdo para turistas.
Las reglas del amor, en su traducción del sánscrito, es uno de los reclamos para el turista desde que llega al aeropuerto internacional de Nueva Delhi, omnipresente en sus tiendas libres de impuestos para quien busque un recuerdo típico del país asiático.
“El sexo es lo que vende”, declaró el librero Puneet Sharma, quien en su tienda Amrit en el centro de la capital india expone en un lugar destacado versiones del Kamasutra en inglés, español, ruso, coreano, francés, alemán, italiano o japonés.
Sin embargo, su colega Abhinav Bamhi, de la tienda de libros Faqir-Chand e Hijos, solo vende ediciones en inglés “porque lo que les importa a los turistas son las ilustraciones, más que el texto que las acompaña”.
La traducción al inglés que hizo Richard Francis Burton en 1883 fue de hecho la que popularizó esta obra fuera de la India y ahora “los extranjeros están mucho más interesados que los propios indios en el Kamasutra”, sentenció Mithilesh Singh, dueño de la librería Bahrisons.
Burton se encargó de traducir Las reglas del amor que escribió Vatsyayana, un erudito indio que a su vez recopiló en esta obra todo un compendio de enseñanzas de la tradición hindú sobre las relaciones amorosas, según se cree hacia el siglo II aunque algunos autores apuntan incluso al IV.
Mucho tiempo más tarde, el libro se hizo famoso en todo el mundo por uno solo de sus siete capítulos, el de las 64 posturas sexuales, mientras que el resto de la obra ha ido quedando prácticamente en el olvido pese a que ofrece sabios consejos para las parejas con una visión liberal y de vigente actualidad.
“Su reputación viene de que fue traducido a lenguas europeas en el siglo XIX como un ‘manual de sexo’, cuando Europa era muy puritana sexualmente”, subrayó Sudhir Kakar, uno de los más reconocidos expertos en psicología cultural y de la religión en la India.
Sin embargo, aquellos años en los que fue la referencia del deseo y la libertad sexual parece que han quedado atrás.
“En esta época de pornografía, Kamasutra es bastante soso, incluso aburrido en su descripción de la actividad sexual”, opinó Kakar.
Además, pocos se sienten interesados “por la fascinante descripción que hace sobre los aspectos culturales de la sexualidad”, lamentó.
Aunque toque cuestiones como el sexo oral, en grupo o la sodomía, el lector que se adentre en esta obra descubrirá que, pese a su fama, las fantasías sexuales tienen menos importancia que el culto al cuerpo mediante una vida sana, que el respeto a los sentimientos del otro o la necesidad de conocer bien a la pareja antes de hacer el amor.
Algo que, por cierto, considera poco factible en un primer encuentro.
Desde hace más de mil años, el libro ofrece desde consejos sobre cómo mejorar el atractivo con una vida sana hasta remedios prácticos para teñir antiestéticas canas, junto con advertencias sobre los riesgos del adulterio o sobre cómo abordar la prostitución.
Pero sus recomendaciones sobre el respeto a la pareja o acerca de la comprensión de los sentimientos del otro son capítulos menos atractivos que el catálogo de posturas.
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