La Justicia de Nicaragua declaró este martes culpable de terrorismo al líder campesino Medardo Mairena, miembro de la alianza opositora que participó en un malogrado diálogo con el gobierno de Daniel Ortega para una salida a la crisis política, dijo su abogado.
El veredicto, emitido la medianoche del lunes, condena a Mairena a 76 años de cárcel, y lo declara culpable de los delitos de terrorismo, crimen organizado, asesinato y secuestro, dijo en rueda de prensa su abogado Julio Montenegro.
En la misma audiencia se declaró culpable de los mismos delitos al también líder campesino Pedro Mena, quien fue condenado a 63 años de reclusión.
Se aplicaron esas duras sentencias pese a que la legislación nicaragüense establece una pena máxima de 30 años de prisión, explicó Montenegro.
Mairena y Mena son miembros del movimiento campesino opuesto a la construcción de un canal interoceánico impulsado por el gobierno de Ortega. El movimiento anticanal fue duramente reprimido cuando se manifestó contra el proyecto.
El fallo del juez penal Edgard Altamirano fue cuestionado por activistas de derechos humanos y el abogado de Mairena, quienes cuestionaron la ausencia de pruebas.
«Luego de que un ‘fiscal’ presentara una acusación sin NINGUNA prueba, un ‘juez’ condena al líder Medardo Mairena», escribió en Twitter José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para las Américas.
Montenegro comentó que «el fallo ya estaba listo pese a que después de terminar los alegatos lo usual es que el juez se toma un tiempo (…) Pasó a dar lectura al veredicto, es decir ya lo tenía establecido».
Mairena fue detenido el 13 de julio tras ser señalado como responsable de un ataque contra la alcaldía y la policía del municipio sureño de Morrito, donde murieron cinco agentes, en medio de protestas antigubernamentales.
Más de 600 personas han sido detenidas en el contexto de las protestas antigubernamentales que estallaron en abril, aunque el gobierno reconoce solo 240.
La sentencia fue emitida al cumplirse ocho meses del estallido de las protestas contra el gobierno de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Organismos de derechos humanos contabilizan que la revuelta ha dejado más de 320 muertos, 2.000 heridos, más de 600 detenidos y miles de refugiados en países vecinos.
La Nación