Julieta Venegas aprovechó su trayectoria para inyectarle reflexión a su obra. Para su séptimo álbum, titulado Los momentos, se despojó de la instrumentación que alimentó discos como Otra cosa (2010) y el celebrado Limón y sal (2006) para comenzar desde cero y construir un cautivador electro-pop. Lo mismo hizo con sus sentimientos y sus ideas. Se alejó de toda distracción y decidió hablar de aquello que impide su tranquilidad: la violencia que vive México.
La voz garabateada de Simona, su niña de 2 años y 7 meses de edad, es la banda sonora de una conversación telefónica con la cantautora nacida en Tijuana. Atiende desde su casa, en Ciudad de México, justo al lado del estudio en el que se encerró con el productor Yamil Rezc a lograr un trabajo de artista consagrada, capaz de conjugar serias inquietudes con sonidos relajantes, estimulantes y/o divertidos.
A pesar de que el sencillo que suena actualmente, “Te vi”, llegó acompañado por un videoclip protagonizado por nietos de Luis Alberto Spinetta, es Tuve para dar el que recoge el espíritu del álbum. Fue dirigido por su hermana gemela, Yvonne Venegas, y su cuñado Gregory Allen. La protagonista (Irena Azuela) interpreta a una mujer contagiada por la agresividad de la ciudad que, al final, encuentra un camino de paz: un sueño recurrente de Julieta Venegas.
—¿En qué circunstancias fueron escritas las canciones?
—No había hecho nada desde Otra cosa (2010). Durante aquel proceso estuve embarazada y tuve a mi hija. Esta vez fue la primera oportunidad en que compuse siendo mamá. Siempre me preguntaba si, cuando ocurriera eso, me daría por escribir algo o nada (risas). Comencé a generar las ideas en piano y me di cuenta de que la temática que quería tocar no era feliz. No deseaba dirigirme a temas platónicos. Quería adentrarme en mis profundidades y expresar mi tristeza, mi soledad, en fin, mi preocupación por mi país. Y para eso tengo la música, que es mi medio de desahogo.
—¿Hubo un momento específico en el que decidió tomar ese camino?
—No. Sé que en Venezuela también se están viviendo momentos complicados. Acá también: han sido años en los que se ha transformado la realidad. Es otra cara. No podemos acostumbrarnos a levantarnos todos los días, ver los periódicos y digerir todas las cosas de las que nos enteramos así nomás, como las cifras de muertos. Estoy mostrando cómo siento esos cambios.
—A pesar de lo orgánico, se percibe un elemento electrónico importante. ¿Cómo lo ve desde el punto de vista conceptual?
—La verdad, nunca he pensado cómo haré los discos. Lo vamos viendo sobre la marcha. Desde muy pronto, sabía que quería otros sonidos. Alguien me mencionó eso del electro-pop. Dije: “¡Qué raro, ni siquiera se me hubiera ocurrido!”. En el acústico que hice para MTV había hasta un cuatro; tenía presencia venezolana (risas). Tenía un montón de instrumentos de cuerda. Pero quería cambiar de dirección. Decidí despojarme de todo eso y encontré mi punto de partida.
—Su bebé nació en agosto de 2010. De la maternidad, ¿qué quedó plasmado?
—Ella tuvo que ver con todos los aspectos del proceso. Es imposible tener un hijo y que la diferencia no se note. Sacar el trabajo de casa fue un paso importante. Es cierto que lo saqué de la cocina, pero igual lo metí aquí al lado (risas). Trabajamos en el estudio de Yamil (Rezc) y también en el mío. No había nadie mirando el reloj, ni terceros que estuvieran ahí porque iban a usar el estudio. Eso nos dio mucha libertad de probar y crear nuestro microcosmos, tanto sónico como anímico.
—¿Qué tanto se involucra en el concepto de los videoclips?
—La verdad es que dejo mucho a los directores. Espero que la propuesta venga de ellos. No soy de esos que quieren dirigir y reinterpretar la canción de manera visual. Me gusta que alguien más lo haga, aunque sí puedo darle cierta dirección. Por ejemplo, no creo que este momento dé para que una chica le cante a la cámara nada más. Yo sentía mucho conflicto interno frente a la violencia. El mensaje que tratamos de enviar en Tuve para dar es que todos estamos conectados, lo cual también se dice en el disco. Podemos encontrar otro tipo de paz y ver las cosas de una manera diferente. Es muy común decir que lo que sucede en Ciudad Juárez no tiene que ver con uno, y creo que todo tiene que ver: la preocupación tiene que ser por todo el país./YG
Fuente:El Nacional