La industria comenzó su desarrollo en 1950. Un bolívar sobrevaluado no crea incentivo para fabricar aquí. Las compañías están pasando por muy mal momento por la falta de divisas, señala el representante de la Asociación Nacional de la industria Química y Petroquímica.
Si causa admiración cuando alguien maneja con propiedad los detalles de su oficio, sin aspavientos ni prepotencia, mucho más cuando se trata de un sector tan complejo como el químico y petroquímico. Juan Pablo Olalquiaga se expresa como el profesor de química que todo estudiante habría querido tener. Maneja la temática cual si tuviera piloto automático y la expone como si se tratara de un cuento bonito…cuando no lo es tanto. Se graduó de ingeniero en la Metropolitana, tiene cursos de gerencia en el IESA, es Presidente de ASOQUIM y tercer Vicepresidente de Conindustria. Esto nos dijo, para los lectores de ABC de la Semana.
En una economía interconectada como la del mundo actual, lo que ocurre a un sector impacta a los demás. ¿Cuál es el impacto real de la industria química y petroquímica?
El sector químico representado en Asoquim está dividido en comisiones, la de gases del aire, lubricantes, resinas plásticas, tintas, pegamentos, pinturas. Cada una tiene su utilidad en la vida muy práctica. Los periódicos están hechos con las tintas que producen los afiliados a nuestro sector. Los empaques de alimentos, igual. De manera que nuestras tintas llegan a todo lo que son artes gráficas. Hoy tenemos un problema enorme con las tintas que se utilizan para rotular las fechas de envasado y códigos de vencimiento, así como los códigos de barra de los empaques.
Son tintas magnéticas, altamente sofisticadas, que lanzan el producto gota a gota de manera que se la pueda ir dirigiendo para elaborar los caracteres. Las máquinas en las cuales se utilizan son desarrolladas como para rotular y estas tintas son aptas especialmente para esas máquinas. Si no hay esa tinta, prácticamente nada puede ser llevado al mercado, pues todo lleva fecha de elaboración y de vencimiento. Por ley, no puedes comercializar nada que no tenga eso.
¿Y no la hay?
En la actualidad, la compañía que las elabora está pasando por un muy mal momento a causa de la dificultad con las divisas. Si ellos se quedan sin actividad todo se para. Ese problema, que usted llama coyuntural ya se está haciendo permanente Digamos que es un “coyuntural extendido”…
Y el resto de las industrias, resinas plásticas, por ejemplo. La mayor parte de los productos líquidos vienen contenidos en recipientes que están migrando de metálicos a plásticos. Las latas cada vez son más de plástico que de otro material. La leche, los jugos, la margarina, en general todos los lácteos, vienen en plástico. Los productos de ferretería igual. Sin las resinas plásticas tendríamos graves limitaciones. En Venezuela se fabrican polietilenos, polipropilenos, polietilenos y otras variedades.
Se nota el problema a la hora de ir al mercado. Los jugos los hacen en pequeños potes porque ya no se encuentran los grandes
También es el caso de los cuñetes, no los hay y entonces deben vender la pintura en galones porque si no hay resinas plásticas no hay cuñetes. Las pinturas preparadas ya hay que comprarlas en cuarticos, porque no hay galones. De manera que las limitaciones se notan por todos lados cuando empiezan a faltar los insumos más básicos.
¿Venezuela no era un país que exportaba resinas plásticas?
Hasta hace 8 o 10 años y en grandes cantidades. Es el caso del cemento, que hoy en día nos falta, no se consigue, cuando antes, por mucho tiempo, fuimos un importante exportador de cemento. Así como las resinas plásticas, que abarcan variados sectores. Sin ellas no se puede hacer pinturas ni circular alimentos.
Suponemos que en la construcción sería una catástrofe. ¿Cómo producir tuberías, por ejemplo?
Las tuberías plásticas han venido a reemplazar a las galvanizadas. Estas se oxidan mientras que las plásticas son mucho más duraderas. En la industria automotriz, los automóviles hoy en día tienen radiadores de plástico cuando antes eran de metal. Las tapas de los espejos son plásticas. Si no hablamos de plásticos sino de gomas, todas las que traen los carros son productos químicos, la pintura, el caucho, todo eso está constituido por productos plásticos.
¿Y eso que ustedes llaman los “gases del aire”?
Sin ellos los hospitales no podrían funcionar. No tendrían oxígeno. Tampoco las soldaduras para el sector metalmecánico, que requiere argón y otros gases. Sin el nitrógeno no existiría la cadena de refrigeración. Así puedes ir paseándote por muchísimos sectores. Sin el ácido sulfúrico no podrías tratar los metales. Es decir, que la industria metalúrgica depende del ácido sulfúrico que produce el sector químico.
Y uno, mujer al fin, piensa en la industria cosmética
(Risas)…claro, en todo lo que es el cuidado personal está involucrado el producto químico; también en el cuidado del hogar, los detergentes, el cloro, los blanqueadores, desinfectantes. Por ello insisto en las importantes ramificaciones de la industria química.
Es que abastece a muchos sectores
Por ello la llamamos “transversal” pues abastecemos, no necesariamente con productos terminados, sino con materias primas a otros sectores.
Eso significa que, desde el punto de vista histórico, este sector debe haber tenido una interesante evolución en función de todos esos cambios y avances
El proceso de industrialización en el sector químico y petroquímico venezolano comienza con el desarrollo de los gases y las cadenas que de allí van saliendo. De allí se deriva la fabricación de resinas plásticas, de fertilizantes, de los ácidos que van para el sector metalúrgico. Eso data de 1950 cuando comenzó su desarrollo. Acompañando el desarrollo industrial que comenzó a tener Venezuela, con el principio de la democracia, arrancó todo el proceso de lo que llamamos la química intermedia y la química final. Cuando se comenzó a ensamblar vehículos en el país, se incorporaban piezas nacionales como acumuladores, los cuales llevan plástico, ácidos, plomo y una serie de componentes químicos. Igualmente se desarrolló la fabricación de asientos, el cuero y los auxiliares para el tratamiento de esos cueros, que comienzan a fabricarse en Venezuela, gracias a ese proceso de industrialización.
¿Y el papel, que tanto nos interesa a nosotros?
Cuando se empieza a hacer papel cartón en el país, los químicos son indispensables. Así que nuestro sector fue surtiendo a todos de materias primas y al compás del desarrollo de otros sectores. En la medida en que no haya otros sectores, este empieza a carecer de algunas de sus importantes piezas. Van quedando otros. Por ejemplo la pintura, que se produce en Venezuela hace muchos anos. Hay cerca de 30 fábricas de pinturas y abastecen, con mucho, la demanda nacional, siendo un sector más independiente donde se van vendiendo productos terminados que se consumen como tales.
Pero hay toda una cadena de insumos para hacer las pinturas que antes se fabricaban en Venezuela y se han dejado o se están dejando de fabricar. Un ejemplo es la resina acrílica. Las pinturas de base-agua están hechas sobre resinas de etileno, etileno-acrílicas o de vinil-acrílicas, que son de mejor calidad. Antes había tres fábricas de resinas acrílicas en Venezuela, hoy no hay ninguna. En el proceso de industrialización se comenzaron a fabricar muchas cosas que se han venido a dejar de fabricar en el lapso de los últimos diez años, cuando se ha verificado la desindustrialización del país.
¿Cuál es la situación actual de la industria?
Junto con el resto de la industria manufacturera, Venezuela adolece de muchos de los elementos que fundamentan el que se pueda fabricar en Venezuela. Ellos son, una macroeconomía que permita que Venezuela sea competitiva. En la medida en que tengas un bolívar sobrevaluado, al punto en el cual está ahora, te vas para cualquier lugar y consigues las cosas más baratas. Si las consigues más baratas afuera, cuál es el incentivo para fabricarlas aquí? La única dificultad, entonces, es acceder a dólares para poder importar las cosas. Tienes que tener una macroeconomía en la que dispongas de una tasa de cambio adecuada para que los productos venezolanos sean más competitivos, con instrumentos de financiamiento que te respalden a largo plazo.
Si vas a montar una planta que te cuesta 200 o 300 millones de dólares para aquello que vayas a convertir –no importa el producto que vayas a sacar- supone que esa inversión debe amortizarse en 8 o 10 años, por lo menos. Eso implica que tengas unos financiamientos claros para ese lapso. Conseguir en Venezuela financiamiento que vaya más allá del pagaré a 180 días que puedes extender a 360…no es fácil.
¿Y con emisiones de bonos?
Con emisiones de bonos es imposible, el mercado de bonos en Venezuela está en pañales. Estuvo desarrollado en un momento pero con la emisión de bonos en Venezuela, especialmente denominados en bolívares, nadie los compra porque la inflación interna que hay es de tal magnitud que se tendría una pérdida del poder adquisitivo con el tiempo en esos bonos. Si sales con colocaciones en el mercado de capitales, una compañía que emita acciones para captar dinero con el objeto de poder fondear eso tampoco se puede hacer, pues no hay un movimiento bursátil interesante como para que la gente invierta en esas cosas.
La economía venezolana no está estructurada como para que existan proyectos de envergadura que se puedan establecer con facilidad. Aquellos que se establecen, o se establecían, eran a base de inversiones extranjeras importantes que suplían tanto la tecnología como el financiamiento de esos proyectos. Uno interesantísimo y que Venezuela dejó de hacer, era con Exxon Móvil para el desarrollo del gas de Paria, el cual iba a ser transformado en resinas plásticas para poder surtir el todo norte de Latinoamérica y parte del Caribe. Eso se dejó de hacer y se perdió una oportunidad increíble.
El tema de la macroeconomía es fundamental, pero también el tema laboral
Totalmente. Si tienes unos trabajadores a los cuales no les puedes exigir puntualidad, asistencia y capacitación a fin de que la industria pueda ser más productiva, difícilmente lo será. Ese es todo un tema cuyas consecuencias las estamos viendo.
La industria química y petroquímica es una industria de envergadura. Eso no es ninguna bodega. ¿Cómo manejan el factor inflacionario en términos, por ejemplo, de lo que les hace falta importar? ¿Qué desafíos tiene por delante la industria, habida cuenta del complejo panorama del país?
Sin duda que tenemos áreas de envergadura. Una de nuestras fábricas no se instala con poco dinero. Pero las industrias que de allí se desprenden sí pueden operar con menor capital. Todo lo que es inyección, o extrucción, o soplado de plástico, ello se desprende directamente de la industria petroquímica, pero puedes poner una industria de transformación de termoplásticos con un capital sustancialmente más modesto. Por eso, donde hay resinas plásticas abundantes, la actividad de transformación de plásticos florece con mucha más facilidad. Eso ocurre así en cualquier área.
En bases lubricantes para fabricar los lubricantes, es verdad que se requiere de industria petroquímica para hacerlo; pero lo que es formulación de lubricantes, una vez que tienes las bases y los aditivos, son muchas las plantas que se pueden hacer con menor inversión. Por supuesto, requieren tecnología, pero los volúmenes a invertir en capital no son los de la empresa petroquímica. Hay todo un espectro que va desde pequeñas hasta grandes empresas que existen en ese sector.
¿Cómo les afectan las devaluaciones?
En la medida en que avanza la desindustrialización, se impone importar lo que antes se fabricaba en el país. Vale decir, para el sector de pinturas, podríamos hablar desurfactantes. Ellos son aditivos mediante los cuales consigues que las mezclas se incorporen unas con otras. A la pintura hay que agregarle carbonato de calcio, que es una carga la cual, sin el surfactante adecuado, se precipita, se decanta dentro del envase. Es el caso cuando vemos en las latas, la resina arriba y las cargas abajo, hay que mezclarlo con mucha fuerza para que se incorporen y a veces no se logra. Con el surfactante se consigue que todo se mantenga en suspensión, como un conjunto homogéneo.
¿Se fabrican en el país?
Antes se fabricaban en Venezuela algunos surfactantes, hoy ninguno. La pérdida de capacidad de procesamiento significa importar más caro para poder transformar. Vas necesitando más dólares para hacer lo mismo. La pintura no se da cuenta de que el surfactante es nacional o importado, pero estás erogando más dólares para traer productos que antes se fabricaban aquí con menos dólares. Esto quiere decir que en la medida en que el país se va desindustrializando, se va requiriendo cada vez más dólares para poder hacer los productos finales, pues los intermedios quedaron en el camino. Hay cifras interesantes: la petroquímica, en el año 91, pasó de importar $312/ TM a importar, en el año 2011, $1.330/ TM.
El costo de los insumos que se venían trayendo, por el hecho de ser más procesados, costaban mucho más. La química intermedia pasó de $787/ TM en el año 91 a $2.130 en el año 2011. Y la química diversa (final) pasó de $1.954 a $3.704 entre el año 91 y el 2011. No en balde Venezuela, en este momento, requiere para sobrevivir, $51 mil millones cuando hace 15 años atrás requería $20 mil millones. De nuevo, antes fabricábamos muchos más productos y requeríamos mucho menos dólares. El problema de la importación se va agravando.
¿Las empresas pueden seguir poniendo dólares indefinidamente?
Algunas tal vez podrían, el que no puede es el país.-
Fuente: Abc de la semana