El economista José Guerra aseguró que no es una señal positiva el hecho de que en pocos meses hayan pasado varios presidentes por el Banco Central de Venezuela.
La decisión del presidente Nicolás Maduro de reacomodar el gabinete económico demostró que en la pugna entre los sectores que conviven en los ministerios del área de finanzas se impuso el ala pragmática o moderada, a pesar de la señal negativa que significa que no haya funcionarios nuevos para la toma de ediciones en política económica, señala El Nacional.
El economista Orlando Ochoa aseguró que si bien Maduro dio un discurso típico del socialismo del siglo XXI, con constantes referencias a figuras de izquierda, los nombramientos administrativos dejaron claro que busca darle mayor poder al ala pragmática al nombrar nuevamente a Nelson Merentes en la presidencia del Banco Central de Venezuela; fusionar el Ministerio de la Banca Pública con el despacho de Economía y Finanzas, que será dirigido por Rodolfo Marco Torres; y ratificar a Rafael Ramírez en la vicepresidencia económica, Petróleos de Venezuela y el Ministerio de Petróleo y Minería.
“Es claro que hay una reducción de poder a varios funcionarios radicales que tenían poder en fiscalizaciones”, afirmó Ochoa.
Encomendó a Alejandro Fleming –uno de los radicales– el Centro Nacional de Comercio Exterior que absorberá la Comisión de Administración de Divisas. Sin embargo, fue removido como ministro de Comercio, cargo que ocupará José Khan, que se desempeñaba como presidente de Cadivi. Ricardo Menéndez, que ocupaba la cartera de Industria, fue nombrado ministro de Educación Superior y lo sustituye el general retirado Wilmer Barrientos.
“Es preocupante el hecho de que se decida mantener la tasa de cambio a 6,30 bolívares por dólar, que con seguridad será para las importaciones públicas y algunas pocas privadas. Esto además implica que dejarán muy pocos productos a ese tipo de cambio y trasladará el resto al Sicad, y aún no sabemos a qué tasa”, agregó Guerra.
Ochoa y Guerra coinciden en que la ratificación de Rafael Ramírez tiene razones políticas y de peso por el manejo que por años ha tenido de los recursos. “El problemas es que sin ajuste de la tasa de cambio de 6,30 bolívares por dólar y sin una reorganización de las finanzas, Pdvsa seguirá sobrecargada por sus compromisos con los chinos, con las transferencias a los fondos. Significa que la petrolera no tendrá con que pagar regalías este año y necesitará más financiamiento del BCV. Además no podrá generar más divisas y eso agrava la escasez de productos”, señaló Ochoa.
Guerra aseguró que el pagaré que mantiene Pdvsa con el Banco Central y que ya suma 45 millardos de dólares es precisamente lo que está causando el gran problema inflacionario en la economía. “Cuando haga falta dinero para cumplir con los compromisos imprimirán billetes sin respaldo”.
EL DATO
Edmée Betancourt estuvo tres meses al frente del BCV. Fue destituida en agosto de 2013 y su cargo lo ocupó el vicepresidente de la institución, Eudomar Tovar, que luego de cinco meses es sustituido por Nelson Merentes, que repite en la presidencia.
Fuente: Banca y Negocios