El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abordará el viernes la crisis alimentaria causada por la pandemia del covid-19, con medidas de apoyo para los millones de estadounidenses que pasan hambre.
A la espera de que el Congreso apruebe un plan de emergencia por 1,9 billones de dólares para reactivar la economía, develado la semana pasada, el mandatario demócrata prevé atender dos asuntos urgentes: aumentar la ayuda alimentaria, y reforzar los beneficios sociales de los trabajadores federales.
Biden, que asumió el miércoles, ya emitió 27 órdenes ejecutivas para enfrentar sus prioridades más acuciantes por la crisis sanitaria y económica provocada por el coronavirus.
“Casi 30 millones de estadounidenses sufren por no tener suficiente para comer”, dijo a periodistas Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca.
“Esto incluye a uno de cada cinco adultos negros y latinos, según la encuesta más reciente”, agregó, y señaló que un total de uno de cada siete hogares tiene dificultades para alimentarse adecuadamente.
Con las escuelas cerradas por la pandemia, se estima que alrededor de 12 millones de niños que recibían alimentación escolar tampoco tienen suficiente para comer.
Las colas para los comedores populares han aumentado y los bancos de alimentos están desbordados, incluso en los barrios acomodados de la capital federal.
Biden va a pedir al Departamento de Agricultura que amplíe y flexibilice su programa de asistencia a personas y familias de bajos ingresos y sin ingresos (SNAP), que reemplazó al programa de Cupones de Alimentos, que permitía a las familias pobres obtener productos en tiendas autorizadas.
También quiere aumentar en un 15% la cantidad de dinero que el gobierno deposita en las tarjetas electrónicas EBT (Electronic Benefit Transfer) “para reflejar correctamente el costo de las comidas perdidas” debido al cierre de escuelas. Actualmente se ingresan hasta 5,7 dólares diarios por niño en edad escolar.
“No son suficientes”
“Estas son acciones concretas y ayudarán a las familias que necesitan asistencia ahora”, dijo Deese. “Pero no son suficientes para solucionar la crisis alimentaria que enfrentamos”, admitió.
“De ahí la necesidad de un plan de rescate para la economía”, para el cual las negociaciones comenzarán pronto en el Congreso, agregó el alto funcionario.
La administración Biden quiere asegurarse también de que las ayudas ya aprobadas por el Congreso lleguen a las familias que más las necesitan.
Según el Consejo Económico Nacional, “muchos estadounidenses tuvieron problemas para recibir la primera ronda de pagos directos y hasta ocho millones de hogares elegibles no recibieron los pagos emitidos en marzo”.
Biden ya firmó una orden ejecutiva para extender la moratoria de los desalojos por rentas impagas.
Cerca de 18 millones de estadounidenses viven de las prestaciones por desempleo. Este subsidio fue prorrogado hasta finales de septiembre, así como la posibilidad de tomar una baja por enfermedad remunerada en caso de contagio de covid-19.
El desempleo se situó en diciembre en el 6,7%, muy lejos del 3,5% de hace un año, antes del estallido de la pandemia.