Joan Manuel Serrat: “No me gusta el mundo en el que vivimos. Es hostil, contaminado, injusto e insolidario”

Joan Manuel Serrat: “No me gusta el mundo en el que vivimos. Es hostil, contaminado, injusto e insolidario”

 

El cantautor recibe el premio Cortes Real Isla de León con motivo de los actos del 24 de septiembre

 

 

Hace 215 años se constituían en San Fernando las Cortes Generales y Extraordinarias. Para recordar su papel en la historia, cada 24 de septiembre la ciudad recuerda su papel como sede de un evento clave en la historia de España y busca el recuerdo y la reivindicación de los valores de libertad y democracia.

 

 

Este año, la figura reconocida ha sido la del cantautor Joan Manuel Serrat, que se ha mostrado tremendamente agradecido. Si en la jornada previa podía compartir una charla más informal con el público, ha sido en el solemne acto en el Real Teatro de las Cortes cuando ha recibido el Premio Cortes Real Isla de León que cada año la ciudad otorga a una figura o institución que encarne la lucha y algunos de los valores que se trataron en esas Cortes y que luego se recogieron en la Constitución de 1812.

 

 

Serrat ha estado acompañado en todo momento de la alcaldesa, Patricia Cavada. Ambos, han hecho entrada conjunta al escenario del teatro mientras sonaban al piano los acordes de ‘Es caprichoso el azar’. Tras dar la bienvenida, Patricia Cavada invitaba a Jesús Bienvenido a subir al escenario para leer el Decreto Primero del 24 de septiembre de 1810 en el que los diputados se declaran constituidos. A continuación, tomaba la palabra la concejala de Cultura, Pepa Pacheco, para dar lectura a la concesión del premio al cantautor.

 

 

Luis García Gil, biógrafo de Serrat ha sido la persona encargada de glosar al homenajeado en un recorrido por su música utilizando títulos y versos de sus canciones para destacar no solo al cantante, sino también a la persona en un emotivo discurso.

 

 

Tras todos los pasos previos, por fin, llegaba el momento de homenajear al premiado. Teatro en pie para agradecer a Serrat no solo su presencia, sino también una música y unas canciones que forman parte de la historia colectiva del país y de la historia personal de muchas personas.

 

 

Llamada a la tolerancia

 

 

Agradecido, tomaba la palabra el galardonado, que aseguraba estar viviendo «un día magnífico, extraordinario». «Aquí empezó a cambiar nuestra historia como pueblo», destacó.

 

 

También tuvo tiempo para bromear con la interrupción del sonido de un móvil: «Conteste, no se corte, puede ser importante, puede ser un ser querido, o tal vez un familiar», replicó. Un comentario que despertó las risas y los aplausos del público.

 

 

Tras el paréntesis, continuó destacando algunos de los importantes hitos que salieron de esas Cortes, como la igualdad jurídica para todos los ciudadanos, la inviolabilidad del domicilio, garantías penales y procesales, libertad de imprenta o derecho de educación. «Cuando lo relees varias veces te das cuenta de hasta qué punto empezaron a cambiar las cosas», aseguró.

 

 

A continuación, Serrat se centró en hablar en algunos de los desafíos a los que se enfrenta el mundo. Hizo una llamada a la tolerancia, «un ejercicio en el que estamos desentrenados», y a evitar la confrontación. «En este país se está optando porque nuestros representantes ocasionales están adoptando posiciones que no ayudan a lo que necesita un sistema democrático, que es la tolerancia», alertó.

 

 

«No me gusta el mundo en el que vivimos. Es hostil, contaminado, injusto e insolidario. No solo no me gusta, sino que me preocupa el rumbo que lleva», afirmó. Y continuó desgranando algunas de las cuestiones que le provocan estas sensaciones. «Somos desgarrados testigos de unas atrocidades brutales a nuestro alrededor y no quisiera pasar sin insistir en el genocidio del pueblo palestino, sin que se produzcan unánimes y contundentes respuestas por parte de los países, especialmente aquellos que se atribuyen ser garantes de la paz y la libertad». También calificó como «desalentadora» la dejadez con la que afrontamos la catástrofe del cambio climático «provocado por la mano y la codicia del hombre. Vemos como por razones económicas se van aplazando las decisiones. Cada año la situación es más grave, pero no se hace nada por evitarlo».

 

 

Tuvo palabras también para la corrupción que «campa a sus anchas»- Un mundo, afirmó, «en el que a los chorizos, con muchos esfuerzos, y mucho tiempo, se les consigue apartar temporalmente de la sociedad, pero no devuelven la cartera».

 

 

 

También quiso hablar de la inmigración: «cómo no se nos ocurre nada mejor que levantar muros y alambradas para contener las olas migratorias». «La gente sale de un lugar determinado porque se mueren de hambre, de enfermedades, de guerras que no han provocado y de las que no se han beneficiado».

 

 

 

Tras un discurso muy crítico, concluyó afirmando ser «el primer interesado en no transmitir un lenguaje pesimista y quisiera decir que opongo el pesimismo de la inteligencia al optimismo de la voluntad. Cada día busco ropa optimista para ponerme, pero últimamente no encuentro ropa de mi talla».

 

 

Y, tras concluir su intervención con un nuevo agradecimiento, se dispuso a cantar ‘Pare’ un tema de hace 50 años y que para el cantante está de actualidad. La primera vez que interpreta este tema en español después de haber hecho la adaptación de la traducción hace unos años como adaptación a petición de Miguel Poveda. Todo un lujo para los presentes.

La música como motor de cambio

 

 

En su discurso, Patricia Cavada se refirió al poder de la música y las canciones como motor de cambio. La alcaldesa se dirigió a Joan Manuel Serrat para decirle que “tu carrera, que es un poco tu vida, es el mejor ejemplo de que la libertad también se consigue cantando, y haciéndonos llegar ese mensaje a través de una música a la que en San Fernando empezamos a poner letra hace ya más de dos siglos”.

 

 

Un discurso en el que se mencionaron algunas de las canciones protesta que han marcado la historia, tanto en España como en otros lugares del mundo. “Qué diferente el mensaje que nos llega ahora desde el otro lado del Atlántico”, expuso refiriéndose a Estados Unidos. Evidentemente, también tuvo ejemplos de la tierra. Carnaval, flamenco y copla tampoco escaparon como motores de cambio.

 

 

“Es posible que las canciones no transformen el mundo, pero transforman nuestra alma, personal y colectiva“, concluyó. Y reiteró el agradecimiento al premiado por su aceptación, su asistencia y “por poner durante años banda sonora a la dignidad, a la lucha, al compromiso, a la resistencia, a lo que es justo, a lo que es grande, a lo que es íntimo”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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