Jacinto Convit, el amor cumple cien años

Jacinto Convit, el amor cumple cien años

Jacinto Convit García, un milagro su vida victoriosa, un milagro sus casi cien años que cumplirá el próximo 11 de septiembre, busca con tesón la cura contra el cáncer.

 

Apodado el «José Gregorio Hernández de San José» -nunca ha cobrado una consulta- este médico de mil batallas, premios y reconocimientos -el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, Caballero de la Orden de la Legión de Honor de la República Francesa, la nominación al Nobel de Medicina en 1988-, catedrático e investigador incansable -su trayectoria hace un arco de triunfo que va de la Universidad Central, donde egresó, y hasta las más importantes sociedades médicas, inclúyase la Organización Mundial de la Salud- fue quien dio con la vacuna contra la lepra; ahora cree que si las células sanas de cada quien -las llamadas natural killer (NK)- reconocieran a las cancerígenas, podrían atacarlas y destruirlas; se trata de reforzar la capacidad inmunológica del paciente.

 

Ensaya con una autovacuna que se elabora con la mezcla de una porción del tumor y BCG, la vacuna antituberculosis. Los enfermos van al hospital Vargas, donde Convit ha hecho carrera, como quien peregrina; y aunque ahora está allí menos de lo que quisiera -operado en 2012 de úlcera, más le dolió la reciente muerte de Rafaela su esposa-, sigue siendo esta dinamo que logró torcer la condena bíblica y convertir Cabo Blanco, el reducto de leprosos de Vargas -¡Venezuela fue el primer país en el mundo en cerrar las leproserías!-, en bendición.

 

Experto en biomedicina y en felicidad, este ex alumno de Rómulo Gallegos dice -los ojos azules que adoran ver mariposas amarillas- que todo lo ha hecho por amor. Ahí está el milagro: el amor cura.

 

Fuente: http://www.notitarde.com/

Comparte esta noticia: