El ministro para el Turismo, Andrés Izarra, instala este lunes la comisión interdisciplinaria entre los ministerios de Comunas, Cultura, Ambiente y Juventud, que se encargará de la gestión de la Flor de Venezuela, de acuerdo con el decreto que declara monumento nacional la estructura.
El Ejecutivo Nacional anunció que asumirá la recuperación de la estructura ubicada en el estado Lara. Uno de los aspectos que debe ser intervenido y requiere de mayor esfuerzo es el sistema hidráulico que permite activar el mecanismo de los pétalos internos y externos que conforman la obra.
Se deben reemplazar sus 36 peceras y dotarlas de los 2.600 peces que desaparecieron, así como de especies botánicas que antes estaban en el monumento por lo que sembrarán 200.000 especies de plantas.
La estructura demanda la limpieza de paredes que fueron rayadas, la recuperación de la biblioteca, del anfiteatro, de las terrazas exteriores, la vegetación de la fachada y de las áreas interiores.
Además, impermeabilización de los techos, sustitución del material sintético que los recubre, la adecuación de las vitrinas de exposición, remoción de pisos y nichos, reparación de los ascensores, recuperación general del paisajismo, revisión de las instalaciones sanitarias y eléctricas, rehabilitación del sistema de drenaje y aspersión para el riego.
La Flor de Venezuela fue declarada la semana pasada monumento nacional, con lo cual el Estado central asume su recuperación. El 16 de junio, Izarra anunció su recuperación y transformación en un «parque para la paz».
Esta estructura, diseñada por el renombrado arquitecto venezolano Fruto Vivas, fue el pabellón que representó a Venezuela en la Feria Mundial de Hannover, del año 2000, en la cual participaron 57 países. Fue el pabellón más visitado y obtuvo el galardón del mejor diseño. En 2009, es trasladada a Venezuela, por instrucción del comandante Hugo Chávez Frías.
En un espacio de tres niveles, se reúnen la historia, cultura y diversidad de la flora y fauna del país.
Con 19 metros de altura y 1.600 metros cuadrados de superficie, está inspirada en los tepuyes de la Gran Sabana, monumentos naturales ubicados al sur del país, y en la orquídea, la flor nacional.
El tallo hidráulico sobre el que se arman todos los elementos despliega 16 pétalos que adornan su cúpula y se abren para mostrar a sus visitantes todo su esplendor.
Estaba bordeada por múltiples jardines de vegetación como representación de la biodiversidad del país y en su interior se podía disfrutar de piezas indígenas de las culturas ancestrales, así como de 50 tallas pequeñas de Simón Bolívar.
Recreaba, a través de la flora y fauna, las diferentes regiones del país. Además, poseía un valioso legado artesanal de indígenas y cultores populares. /JM
Fuente: ÚN