El flamante presidente Sergio Mattarella (izquierda), acompañado de la presidenta del Parlamento Laura Boldrini (centro) y la vice presidenta del Senado Valeria Fedeli (derecha). (AFP)
El magistrado del Tribunal Constitucional italiano Sergio Mattarella, de 73 años, fue elegido como el nuevo presidente de Italia, tras cuatro rondas de votación.
Mattarella sucede a Giorgio Napolitano, quien renunció hace quince días alegando que la edad, 89 años, no le permitiría desarrollar sus obligaciones como deseaba.
El primer ministro italiana, Matteo Renzi, logró imponer así a su candidato ante el rechazo de la oposición liderada por Silvio Berlusconi.
Los 1.009 diputados, senadores y representantes de las regiones habilitados para votar prorrumpieron en un aplauso cuando se hizo evidente que Mattarella conseguía los 505 votos necesarios (la mitad más uno) para la elección. En total logró 665 votos, quedándose a tan sólo ocho de conseguir los dos tercios.
En la cuarta ronda de votación de hoy bastaba una mayoría simple de apoyos para que saliera adelante la candidatura, tras el fracaso de las votaciones previas del jueves y el viernes, que requerían dos tercios de los apoyos.
Mattarella será el décimo segundo presidente de Italia durante un mandato de siete años. Se espera que jure su cargo y dé un discurso ante el Parlamento el lunes o el martes, según medios italianos.
Quien también reaccionó rápidamente fue el papa Francisco, que envió un telegrama de felicitaciones al que será el primer presidente católico de Italia desde 1999. En él, le invita a trabajar al servicio de la «unidad y armonía nacional».
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, también felicitó al nuevo jefe de Estado italiano, al calificó como «político experimentado y respetado». «Su convicción y sentido de la justicia ayudarán a Italia a seguir jugando un papel fundamental enEuropa», afirmó el polaco en un comunicado.
UN ENEMIGO DE LA MAFIA
El presidente electo es un ex ministro demócrata cristiano siciliano activo en política entre 1983 y 2008 y promovido al Constitucional en 2011. En Italia tiene reputación por su integridad moral y lucha contra la mafia, pero cuenta de escaso reconocimiento internacional.
«Va a ser un gran presidente: sólido, con autoridad e independiente», había dicho el ex primer ministro Enrico Letta antes de la votación.
Renzi manifestó el jueves su respaldo a Mattarella, al que también apoyaron un partido de izquierda opositor, centristas que apoyan al gobierno y grupos menores, formando una coalición con unos 570 votos estimados.
Además, a última hora el partido Nuovo Centrodestra del ministro del Interior Angelino Alfano y la Unión de Centro, con 75 votos en total, anunciaron su intención de apoyar al candidato, allanando el camino a su elección por un margen mayor.
Alfano y sus aliados habían manifestado antes su intención de votar en blanco, como en las primeras votaciones en las que se registraron más de 500 votos en blanco.
EL PERDEDOR DE LA ELECCIÓN
Berlusconi es considerado el gran perdedor de la elección pues pese a ayudar a Renzi a aprobar reformas constitucionales en elParlamento no consiguió imponer sus deseos en la carrera presidencial.
El partido antisistema Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo tuvo también poco peso en la votación pese a constituir el tercer bloque en el parlamento italiano. Debilitado por algunos abandonos antes de la votación, el Movimiento Cinco Estrellas descartó negociar con Renzi y apoyó al magistrado retirado Ferdinando Imposimato.
FUNCIONES PRESIDENCIALES
En Italia el presidente tiene funciones ceremoniales, pero también actúa como mediador político en situaciones difíciles, ya que puede convocar elecciones, vetar leyes y nominar al primer ministro.
El predecesor de Mattarella, Napolitano, fue muy aplaudido por su postura a finales de 2011, cuando Italia se veía amenazada por la suspensión de pagos y supervisó el reemplazo del desacreditado gobierno de Berlusconi por uno liderado por el tecnócrata Mario Monti.
Un año después de su nombramiento como primer ministro, Renzisuperó su primera gran prueba de fuego, al evitar una situación como la de 2013. Entonces fracasó la elección de dos candidatos a presidente del Partido Demócrata, la formación de Renzi, yNapolitano tuvo que seguir en el cargo.
Fuente: DPA