Lentes de sol y delgadez extrema. Esa fue la imagen de una Isabel Pantoja golpeada cada uno de los días que acudió al tribunal que la juzgó por blanqueo de capitales. Una imagen buscada continuamente por las cámaras de televisión y por los objetivos de los fotógrafos de la prensa rosa.
La cantante española, de 56 años, se sentó durante meses en el banquillo de los acusados junto a su expareja, el exalcalde de Marbella Julián Muñoz, y la exmujer de éste, Maite Zaldívar. El morbo estaba servido para los programas de la prensa rosa española.
En la sala de la Audiencia Provincial de Málaga en la que se desarrolló el juicio la frialdad jurídica contrastaba con el glamour que los fotógrafos del corazón buscaban en la que antaño, tras morir en 1984 su gran amor, el torero Paquirri, fuera la “viuda de España”.
El juez la apercibió para que ante el tribunal se quitara esas gafas de sol con las que parecía querer protegerse de todos y de todo. Y la llamó al orden por escribir mensajes en su móvil. Ella, a través de su abogado, llegó a compararse con la infanta Cristina por “analogías” en los dos casos, cuando la hija del rey Juan Carlos aún no había sido imputada por la Justicia.
Juicio tormentoso
Pantoja vivió un calvario personal desde que a finales de junio del año pasado arrancó el juicio contra ella por blanqueo de capitales, acusada de prestarse en su día a ayudar a su entonces pareja a ocultar dinero negro. Al final del juicio mostró un gesto de alivio cuando el tribunal leyó su condena: dos años de cárcel. Es culpable, pero no entrará en la cárcel porque no tiene antecedentes.
La historia de este calvario de la tonadillera se remonta a 2003. Ahí comenzó su sonado idilio con Muñoz, cuando aún estaba casado con Zaldívar y era alcalde de Marbella, un cargo “heredado” por el excamarero del polémico regidor y presidente del club de fútbol Atlético Madrid, Jesús Gil, ya fallecido.
El regidor la había contratado como imagen de la localidad, lugar de vacaciones de ricos y famosos. Hubo tantas críticas, que se dejó el proyecto. Pero para entonces, el amor había cuajado.
En agosto de 2003, Muñoz fue destituido con una moción de censura, y a partir de ahí llegaron las primeras acusaciones en su contra por corrupción. En julio de 2006, Pantoja vio cómo su novio ingresaba en la cárcel, arrastrado por la Operación Malaya, que destapó en Marbella la mayor red de corrupción urbanística e institucional en la historia de España.
Fue detenida en mayo de 2007 y tuvo que pasar una noche en el calabozo. Pagó 90 mil euros de fianza para quedar en libertad. En febrero de 2009 confirmó su ruptura con Muñoz, tras meses de rumores. “Mi relación con Julián ha terminado. Ha sido una decisión muy dolorosa”, dijo en una exclusiva a la revista “¡Hola!”.
Diva española
Nacida en el popular barrio sevillano de Triana el 2 de agosto de 1956 en una familia de artistas, la Pantoja se subió por primera vez a un escenario a los siete años y se dio a conocer en sus inicios como bailaora. Sería su voz sin embargo la que la haría famosa, una voz que cultivó de la mano del compositor Juan Solano, quien vio en ella a una heredera de Imperio Argentina o Concha Piquer.
Publicó su primer disco, Amante, amante, con apenas 17 años. Y convertida ya en estrella se casó en 1983 con el torero Francisco Rivera Paquirri, una unión de la que nacería su hijo Francisco José, Paquirrín, quien hace cinco meses le dio su primer nieto.
La muerte de Paquirri en el ruedo hundió a Pantoja y durante un año se apartó de focos y escenarios. Marinero de luces, un tributo a su marido muerto, vendió en 1985 más de un millón de copias y se convirtió en uno de sus mayores éxitos en España y América Latina.
Fuente: Correo del Caroní