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Irak se asoma de nuevo a la guerra sectaria

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Irak se asoma de nuevo a la guerra sectaria

La máxima autoridad chií, el gran ayatolá Ali al Sistani, llama a sus fieles a unirse a la yihad

Obama descarta enviar a las tropas estadounidenses de vuelta a combatir en Irak

 

Voluntarios para la ofensiva contra los yihadistas de ISIS abandonan… Voluntarios para la ofensiva contra los yihadistas de ISIS abandonan un centro de reclutamiento de Bagdad.

 

La última vez que el clérigo chií Ali Sistani pidió a sus seguidores que salieran a las calles, en 2004, cuando las tropas de EEUU asediaban la mezquita sagrada del Imam Ali en Nayaf, cientos de miles respondieron a su llamamiento. Se lanzaron a las carreteras como un tropel incontenible. Ni siquiera las ráfagas de ametralladora de la policía aliada de Washington consiguió detenerlos. Murieron decenas de ellos, pero la turba siguió caminando hasta llegar al templo y obligó a los norteamericanos a interrumpir su ofensiva.

 

Ayer el mismo religioso, la figura más venerada del chiísmo a nivel mundial, pidió a «todos los iraquíes que puedan portar un arma» que se presenten como «voluntarios» para enrolarse en las fuerzas de seguridad y luchar contra los insurgentes suníes que se han apoderado de ciudades como Mosul o Tikrit. Sistani aseguró que quienes mueran en esa pelea gozarán del privilegio de ser «mártires».

 

La alocución del religioso abre la puerta al regreso de Irak al ciclo infernal de la violencia sectaria, que alcanzó su clímax entre el 2005 y el 2009. Así fueron interpretadas de inmediato sus palabras por los radicales del Estado Islámico de Irak y Levante (ISIS), cuyos acólitos dijeron que eran una «declaracion de guerra» de los chiíes contra los suníes. La última vez que las milicias suníes y chiíes se enfrentaron, durante el conflicto civil, estos últimos consiguieron cambiar la composición confesional de Bagdad, expulsando a miles de suníes de la capital.

 

Violencia sectaria

 

Tras la desaparición del espectro político -tan solo temporal- del principal grupo paramilitar de esa fe religiosa, el llamado Ejército del Mahdi liderado por Muktada al Sadr, los milicianos se afiliaron a otras muchas formaciones como Hizbulá de Irak, Asaib al Haq o las Brigadas Badr, que disponen de decenas de miles de acólitos, algunos de los cuales ya han demostrado su eficacia militar en la guerra de Siria.

 

Residentes de Samarra contactados por este diario aseguraron que un amplio contingente de miembros de Asaib al Haq habían llegado hasta esa ciudad de mayoría suní, para proteger la llamada mezquita de los dos imames, sagrada para los chiíes. El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, también acudió a esa urbe y difundió un comunicado en el que decía que sus tropas «han comenzado a limpiar» las ciudades de «terroristas».

 

Doce imanes fueron ejecutados este sábado por el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) enfrente de la mezquita de Al Israe, en la ciudad iraquí de Mosul, capital provincial de Nínive (norte), informó a Efe una fuente del Ministerio iraquí de Interior.

 

La fuente añadió que los religiosos fallecidos fueron abatidos después de haber rechazado jurar lealtad a este grupo yihadista que lidera la insurgencia suní que se extiende actualmente en Irak.

 

Maliki ha llamado además a los iraquíes a estar unidos en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS). «Somos los hijos de una religión», dijo Al Maliki en un discurso transmitido por la televisión estatal iraquí. Según el jefe de gobierno, no hay lugar para una división entre sunitas y chiitas en su país. El mundo entero confía en «nuestra lucha contra el ISIS», aseguró.

 

Los medios iraquíes informaron que incluso antes de que se conociera el mensaje de Sistani, miles de personas se habían presentado en los centros de reclutamiento abiertos por el ejército.

 

«Cuando vi a los desplazados, sin agua ni comida, decidí presentarme como voluntario. No vengo a pedir un salario. Tengo un taxi y no necesito el dinero. Esta es una oportunidad histórica para luchar contra los extremistas», declaró Anwar Riyah a la agencia Afp.

 

La postura de Obama

 

Los que de momento no volverán a Irak son los soldados estadounidenses. El presidente de EEUU, Barack Obama, afirmó ayer que «no enviará a las tropas de vuelta a combatir en Irak», aunque barajará otras opciones que le llevarán «algunos días». «EEUU no va a implicarse en una acción militar en ausencia de un plan político por parte de los iraquíes que nos ofrezca garantías de que están preparados para trabajar juntos», afirmó el presidente, informa Reuters.

 

El carácter confesional de la conflagración podría incluso agudizarse aún más si se confirma la presencia en Irak de fuerzas iraníes. El diario ‘The Wall Street Journal’ informó durante la jornada que Teherán ha enviado ya al país vecino dos unidades de los Guardias Revolucionarios, destinadas a proteger las ciudades sagradas de Kerbala y Nayaf -en esta última vive el propio Sistani-, y la misma Bagdad.

 

Irán ha colocado también en alerta roja a su ejército a lo largo de la frontera común y según un general citado por el mismo matutino la fuerza aérea tiene permiso para bombardear a cualquier vehículo del ISIS que se aproxime a menos de 100 kilómetros de la linde común.

 

La ONU ya advirtió durante la jornada que las informaciones que están recibiendo de Irak parecen retrotraer al país hacia el pasado. Hablan de ejecuciones sumarias, violaciones, de cientos de muertos -por el momento- y otros 40.000 huidos de Tikrit y Samarra, que sumar al medio millón que ya escapó de Mosul.

 

Prohibido fumar y beber alcohol

 

Los radicales siguen asentados en Mósul, la segunda ciudad del país, donde sus huestes han dictado ya todo un decálogo de conducta para sus habitantes que prohíbe fumar, la venta de alcohol, que las mujeres salgan solas a la calle, ropa «inmodesta» o la visita a las tumbas de los santones, una costumbre muy arraigada en Irak y que ellos consideran idolatría.

 

«Habéis probado con todo tipo de regímenes seculares: monarquía, república, baazistas… Ahora es la era del Estado Islámico y del imam Abu Bakr al Quraisi (en referencia a Bagdadi, el máximo líder del ISIS)», se leía en uno de los panfletos que distribuyó el grupo extremista en esa población.

 

Pese a la psicosis generada por las sucesivas victorias del ISIS y sus aliados en las últimas jornadas, los insurrectos tan solo han conseguido avanzar en ciudades o territorios de mayoría suní. No han tenido la misma fortuna en poblaciones mixtas como Jalaula -que dispone de una significativa minoría kurda-, en la provincial de Diyala, que capturaron durante algunas horas para después ser rechazados por las fuerzas del Kurdistán.

 

Fuente: elmundo.es

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