El multimillonario inversionista de capital riesgo de Silicon Valley Tim Draper, fundador de Draper Associates, que ha invertido en empresas como Skype, Baidu, Tesla, Twitch o SpaceX, rechazó que los gobiernos regulen por ahora la tecnología de la inteligencia artificial (IA).
«No creo que necesitemos regular la IA. Creo que deberíamos dejarla libre y ver si hay algunas cosas que van en contra de las personas. Y si van en contra de las personas entonces hay que regularlas», dijo Draper a los medios en los márgenes del Foro Internacional Digital Bridge que se celebra en la capital de Kazajistán.
Sostuvo que una de las mejores cosas que hizo el presidente estadounidense Bill Clinton (1993-2001) fue no regular ni gravar Internet cuando algunas voces le pidieron hacerlo.
«¿Y qué pasó? Internet floreció como loco y Estados Unidos se benefició enormemente. Pensemos en Apple, Google, Facebook… Todos florecieron porque él no reguló Internet», dijo.
El estadounidense, inversionista activo también en criptomonedas y que cree que cada moneda centralizada «no es buena» y que el dólar desaparecerá en 20 años, opinó que la IA «es una tecnología genial de la que todos nos podemos beneficiar».
«Todos deberíamos usarlo, poner un ChatGPT (chatbot de AI generativa). Puedo escribir poesía, puedo escribir códigos, puedo educarme a mí mismo (…). Puedo hacer todo tipo de cosas que antes no podía hacer», señaló.
El entusiasmo por la inteligencia artificial
«Es toda la inteligencia del mundo entero simplificada y puesta en nuestro lenguaje. Es como un salto antropológico hacia adelante», aseveró el inversionista.
«ESTOY TAN ENTUSIASMADO CON LA IA, QUE CREO QUE VA A SER FANTÁSTICA», ENFATIZÓ DRAPER.
Un día antes en el mismo foro el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, abogó por «garantizar una regulación» de la IA.
Señaló que en las próximas décadas la humanidad se acercará al momento en que la máquina superará a la mente humana, lo que no está exento de riesgos.
«La inteligencia artificial puede suponer un peligro para la humanidad. No hay consenso en los círculos científicos sobre a qué conducirá esto: a la prosperidad de la humanidad o a la amenaza de su destrucción», recalcó.
Por ello abogó por un «control inteligente» de esta tecnología.
«Por ejemplo, en el pasado, junto con la energía nuclear, también se crearon armas atómicas. Esto ha llevado a la necesidad de construir un nuevo paradigma de seguridad global. Esto significa que es necesario encontrar un término medio entre el progreso tecnológico y la seguridad colectiva», enfatizó.
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