La compleja situación del país se ha visto agudizada por condiciones ambientales adversas, continuas fallas de servicios públicos, la escasez de efectivo, la devaluación acelerada del bolívar, la caída de la plataforma tecnológica de pago y la falta de resultados en el diálogo entre MUD y gobierno mientras la Navidad se asoma en el calendario pero no en los ánimos ni la dinámica comercial acostumbrada para el cierre del año. Por su parte el Ejecutivo ha señalado que un ataque cibernético internacional ha atentado, una vez más desde el exterior, contra el país, mientras la oposición señala que falló CANTV por un aumento en el uso de red electrónica de pagos ante la escasez de efectivo y la prohibición de adelantos de efectivo.
En ese contexto se anuncian billetes de denominaciones que se habían abandonado cuando en el 2008 la reconversión monetaria no sólo quitó ceros sino resucitó a la puya y la locha, para abandonarlas al poco tiempo, mientras las restricciones para comprar alimentos, la ingente cantidad de quienes comen de la basura -que ronda entre el 8% y el 13% de la población según estudios y denuncias- y las razzias contra los «altos precios» también reviven los temores del Dakazo que arrasó con locales comerciales que no pudieron recomprar la mercancía dejando vitrinas que no anunciaban nada.
En el medio de todo, sigue subiendo el tono político y polémico. La AN y el TSJ se enfrentan por la designación de rectores del CNE con período vencido. A su vez, las lluvias fueron subestimadas por el presidente Maduro -«ni que fuera un huracán», mientras culpó a un exgobernador por las inundaciones. Más allá de culpables, cinco personas han muerto, cuatro siguen desaparecidas, se han afectado miles de familias, clases han sido suspendidas y ha habido derrumbes en varias ciudades.
Las excusas estatales no evitaron que Venezuela recibiera el chaparrón de ser «cesada en sus derechos» en el Mercosur por incumplir requisitos en su ingreso desde 2012, ser instada por la CIDH a mostrar los estudios ambientales del Arco Minero y se confirmara la existencia de la carta privada de Pietro Parolin que exigía al gobierno cumplir acuerdos emanados del diálogo.
Fuente: El Nacional