El IEPFT llevó el Foro “Diagnóstico y Soluciones sobre la situación del País” a la sede de Fedecámaras, donde la dirigencia de los sectores empresa, industria, comercio y la OIT ofrecieron su visión sobre la complicada situación económica del país y soluciones. Coincidieron en que las instituciones y la revisión de la dinámica, con el trabajo público y privado, son esenciales para impulsar la economía y la inclusión social.
Con el propósito ofrecer caminos para destrancar la escarpada situación económica que atraviesa la sociedad venezolana, el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro (IEPFT) reunió a los máximos representantes de Fedecámaras, Conindustria, Consecomercio, y de la OIT, en el Foro “Diagnóstico y Soluciones sobre la situación del País”, donde analizaron las actividades de cada sector, en medio de las dificultades, y proyectaron soluciones, con atención a las necesidades de la población.
El decaimiento de las inversiones ante la falta de confianza, el intervencionismo, el trato desigual a la industria y la producción nacional, la reducción del sector servicios en 87% , y la precariedad del mercado laboral precisan de prontas soluciones para reimpulsar la economía venezolana.
Este fue el diagnóstico que expusieron Carlos Fernández, Luigi Pisella y Tiziana Polesel, presidentes de Fedecámaras, Conindustria y Consecomercio, respectivamente. Y también Eloína Pérez de Giácomo, como representante de la OIT. Plantearon recuperar las instituciones y revisar las dinámicas para llegar a soluciones en coordinación con el sector público.
El foro, organizado en alianza con la UCAB, se realizó por primera vez en la sede de Fedecámaras y contó con la participación del expresidente de Fedecámaras, Jorge Botti, como moderador.
El valor de la empresa y el trabajo
El presidente del IEPFT, profesor Ramón Guillermo Aveledo, tras agradecer la participación de la destacada dirigencia del sector económico, destacó el diálogo nacional y las proposiciones alternativas, como premisas fundamentales para la realización de estos foros.
“En la sociedad, tenemos que escucharnos todos, con respeto y reconocimiento, porque todos hacemos falta. No basta con diagnosticar y ni siquiera con denunciar la realidad que tenemos. Nuestro deber es presentar opciones para una respuesta, soluciones que permitan atisbar la realidad que podemos tener”, señaló.
Economía y Trabajo es uno de los ejes temáticos de importancia escogidos en esa oportunidad por el Instituto para contribuir con la sociedad y liderazgo político, explicó Aveledo, al resaltar que “nuestra complacencia sube un peldaño”, al organizar el foro con la dirigencia empresarial.
“Comprenderán cuánto lo valoro, no sólo por creer como creo en el valor insustituible de la empresa y del trabajo, sino porque este viejo profesor y político en retiro que voy siendo, es nieto y bisnieto de productores del campo y comerciantes, a mucha honra”.
Visiones sin sesgo político
Al intervenir como moderador, Botti destacó la importancia de diagnosticar la realidad económica y el aporte de visiones de voceros empresariales “que son empresarios y profesionales, también con experiencia gremial en los sectores público y privado”.
“Si a esto le sumamos el continuo contacto de esta dirigencia empresarial que a pesar de la pandemia ha viajado por todo el país, eso nos dará la posibilidad de tener una visión bastante novedosa y alejado de sesgos políticos, centrada en los mejores deseos de la población y sobre todo en las soluciones para esta Venezuela que tanto nos duele”, señaló.
Rescatar la institucionalidad para fortalecer la economía
Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, y miembro directivo de instituciones nacionales e internacionales, inició su intervención con el desempeño económico de Venezuela en los últimos 100 años. Y resaltó la necesidad de la institucionalidad para recuperar la confianza y alcanzar soluciones coordinadas entre los sectores público y privado, para un modelo de país más acorde con las necesidades de todos los sectores.
“El problema no está tanto en la discusión política, sino en la ausencia de la institucionalidad, y por eso nuestro aporte de que se consigan espacios de dialogo e inclusión. Recuperar la institucionalidad del país es para que regresen las inversiones y pueda aplicarse un modelo de desarrollo que realmente logre la inclusión de las mayorías”.
Fernández explicó la crítica situación que atraviesa el país, a partir de modelos de desempeño económico basados en la extracción petrolera.
Identificó el primero, entre los años 1920 y 1980, como un “modelo exitosísimo” con la mayor inclusión social y un crecimiento interanual sostenido de 5%. “Un país que pasó de la ruralidad a ser de los primeros urbanos del mundo”. Y luego de “trastabilleos” y distorsiones, el más reciente: “la primera etapa de esta larga noche llamada el socialismo del siglo XXI”, con una mayor dependencia de la riqueza petrolera, creciente intervencionismo y un excesivo gasto público con un gran déficit fiscal.
El modelo implosionó y en 2020, dijo, se reportó una caída del PIB interanual a casi 30%, antecedido por ocho años de caída consecutiva de la economía, y distorsiones. Y esto trajo un impacto esencial en la vida social.
“Una sociedad que llegó a tener, más irreal que real, una producción per cápita de 10 mil dólares en 2012, llegó a ser una con menos de 2 mil dólares”.
Fernández abordó entonces el problema del gasto público que ha sido advertido por el empresariado en los últimos tres años.
“En Venezuela siempre se creó la noción de un Estado muy grande, dinamizador de la economía, y el gasto público se difuminó absolutamente”. Y agregó: “Hay que decir lo que no se dice ni se asume: estamos en medio de un proceso de ajuste macroeconónico fondomonetarista profundo, pero sin las ventajas del apoyo del FMI. Estamos equilibrando las cuentas fiscales solo con reducción del gasto público. Y sin programas sociales para amortiguar los efectos”.
Refirió que en julio de 2021 el gasto público se ubicó en 500 millones de dólares para luego registrarse la caída a 2 mil dólares, con lo cual ilustró la enorme brecha social.
Durante su reciente visita a 19 estados del país, dijo, pudo constatar la precariedad del sistema educativo y el colapso del sistema de salud. También la enorme desigualdad en bienes y servicios y la marcada diferencia entre Caracas o Valencia con el resto de las ciudades del país, en servicio eléctrico y gasolina. “Y eso es producto de la caída de la economía venezolana”.
Precisó que esa situación no es un problema único de los empresarios o del sector privado. “Creemos que la confianza no es un solo ente ni una campaña publicitaria ni cuarto leyes. La confianza es la fortaleza, la robustez y sobre todo la independencia de las instituciones de la vida republicana. Y por eso insistimos en la necesidad de una estrecha coordinación entre el sector público y privado. Y más allá del modelo político. Está comprobado que es el sector privado, que no es otra cosa que la iniciativa de los ciudadanos, la que puede desarrollar mejor las actividades económicas”.
Fernández informó que Fedecámaras presentará un nuevo modelo de desarrollo económico, en julio próximo, el cual contará con la participación ciudadana. “Con esto queremos que el nuevo modelo sea inclusivo y que se entienda que la riqueza es producto del trabajo, el esfuerzo y la perseverancia, en el campo que sea”.
También se refirió brevemente al impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania en la economía venezolana, específicamente en los rubros de maíz, trigo y soya, de los cuales ambos países son exportadores, respectivamente.
Atender la producción nacional con equidad
Pisella, vinculado a la industria del calzado, no descartó en las perspectivas de la industria en 2022 un mayor crecimiento, en comparación con años anteriores, determinado por las condiciones “que están dadas”: dolarización, productos en anaqueles y “más recaudación fiscal”. “Pero todo dependerá de las políticas que se definan”, advirtió.
Hizo un breve recorrido histórico, en el cual recordó la exclusión del sector nacional al privilegiar las exportaciones y el derrumbe con la caída de los precios del petróleo, lo que ocasionó una economía “no sustentable”.
“De pasar a hacer colas en supermercados, no se tenía para comprar ni siquiera un producto. Y la industria, de ocupar 80% de capacidad instalada, fue mermando porque éramos improductivos. Además el control de precios fue más férreo y no pudimos importar ni siquiera materia prima. Y eso produjo la escasez más grande de nuestra historia”.
El dirigente industrial resintió que al abrirse de nuevo las exportaciones, hace cuatro años, han afrontado un marco legal severo contra la producción nacional al imponérseles pago de aranceles e IVA, a diferencia de los productos importados. Además, la sobrevaluación de la moneda los desfavoreció.
“Desde entonces reclamamos igualdad de condiciones. Esto es perjudicial para la industria nacional porque nos saca del juego”, dijo. Y comentó que se sigue protegiendo al producto importado, mientras persiste la vía del contrabando, entre otras. Expresó que si bien los productos importados son esenciales en el mercado, “pedimos que las exoneraciones en pagos de impuesto se hagan con equidad”.
A esta situación de “voracidad fiscal”, adicionó los escasos créditos para las empresas. “Es necesario que se definan las políticas, e incluso la revisión de leyes laborales, sentarnos todos los involucrados, no que salgan leyes sin escuchar nuestra posición”.
Protección a la economía formal
Polesel, quien es también presidenta de Cedice, expuso la dramática situación que el sector comercio y servicios atraviesa desde hace 20 años, advirtiendo su complejidad debido a la cantidad de subsectores. Atienden a todos los sectores de la economía- Exigió protección a la economía formal
Indicó que el tamaño del sector se ha reducido en 87% en las dos décadas, principalmente en el interior del país, en unos más que en otros. Esta situación no siempre se aprecia porque la razón comercial sigue funcionando, pero se evidencia en las condiciones en las que se encuentra.
Citó ejemplos de la complejidad de la actividad comercial en las regiones y su efecto en la población: La pérdida de sucursales y de puntos de venta que encarecen los productos; los problemas de electricidad, hasta con ocho interrupciones diarias de media hora, lo que dificulta el manejo comercial de un pequeño establecimiento, explicó.
También la telefonía, conectividad, agua y combustible están ocasionando serias dificultades en la actividad comercial. Esto último impacta particularmente la distribución de cosechas y el transporte de los trabajadores para acudir a sus empleos, lo que impone jornadas laborales menores a ocho horas o la jornada se interrumpe a las 2:00 de la tarde. Esto es un serio problema de derechos humanos”
“Lo que ocurre es que se juega con la visibilidad para mostrar una supuesta mejora, pero no la hay”.
El incremento de tributos es algo que realmente está acabando con el comercio formal de Venezuela, expresó Polesel. “En aseo urbano, pagamos 8.000% más que lo que paga un establecimiento con las mismas características en Toronto, Canadá”. Y eso, dijo, está conectado con los trámites de patente. Señaló también el impuesto municipal. “Tiene un incremento hasta de 3.000% a 4.000% entre 2019 y 2022. Esto además de las tasas de timbres fiscales. “Un permiso de bomberos de una industria pequeña cuesta hasta 80 mil dólares”.
“Esto trae como consecuencia la informalidad, y eso lo más grave. Muchas empresas están pensando con mucha seriedad migrar a la informalidad para seguir funcionando”, afirmó. “Vamos a seguir luchando y apoyando este tema fundamental, en busca de un diálogo”.
Revisión total del área laboral
Pérez de Giácomo, especialista con amplia trayectoria en el sector público, expresó que uno de los temas más álgidos es la “pérdida del valor del trabajo”, ya no del salario; y de la duración del poder adquisitivo de los trabajadores. “Ya lo importante no es el aumento”.
Luego de mencionar los niveles de pobreza y pérdida de empleos que comprometen el futuro del país, de acuerdo con el más reciente estudio de Encovi, que realiza la UCAB conjuntamente con otras universidades, indicó la necesidad de “entrar en un proceso de revisión total del área laboral”.
“En 100 años la OIT nunca hubo tanto nivel de incumplimiento”, advirtió al referirse a los llamados y acuerdos con el gobierno.
Precisó que la OIT ha hecho esfuerzos en llegar a soluciones, pero ha enfrentado grandes obstáculos, como el marco legal, la inexistencia de la seguridad social, y e interferencias constantes en el sector sindical, a pesar de grandes esfuerzos hechos por trabajadores.
“El tema sindical necesita apoyo, ayuda para organizarse”, puntualizó, pues el proceso de la OIT “lo llevan los empleadores, no los trabajadores”.
Propuso un gran acuerdo nacional para enfrentar los problemas del sector laboral e ir a un modelo de desarrollo más justo.