La falta de alumbrado eléctrico y de patrullaje nocturno en la autopista Puerto Cabello- Morón son los grandes aliados del hampa, que toma libremente esa vía para sus fechorías.
Al menos así lo debe pensar Édgar Capuano, la más reciente víctima de la inseguridad y de la oscuridad en esa vía, según la experiencia vivida la noche del pasado miércoles.
Tal como fue reseñado al siguiente día en una de las páginas de este medio, Capuano venía desde Punto Fijo conduciendo una gandola cargada de petróleo. El trayecto se hacía normal y tranquilo hasta el momento en que transitaba por las inmediaciones del sector La Paragüita, cuando un objeto atravesado en la vía ocasionó que perdiera el control y volcara.
Eran cerca de las 7:40 de la noche, y producto de la oscuridad reinante en la vía, Capuano no pudo divisar a lo lejos aquel objeto extraño colocado en su ruta, y al tratar de esquivarlo en el último segundo, el pesado vehículo que tripulaba volcó aparatosamente, y aunque afortunadamente tan solo hubo daños materiales, él corrió un riesgo así como los conductores que en ese momento se desplazaban por allí, por el potencial peligro de una colisión múltiple.
Peligro latente
El tramo Puerto Cabello-Morón, entre los distribuidores El Palito y Palmasola, totaliza ocho kilómetros de vialidad, que justo es decirlo, actualmente están siendo reparados en su capa asfáltica; sin embargo, muchas son las carencias existentes en cuanto a seguridad.
Es de recalcar que en este tramo de autopista están asentados la Refinería El Palito, Planta Centro y el relleno sanitario La Paragüita, con todo el movimiento de tráfico pesado que ello implica durante cada jornada.
No obstante, ambos distribuidores presentan un alumbrado eléctrico deficiente;mientras que otras señalizaciones nocturnas, como las llamadas “ojos de gato”, brillan, pero por su ausencia, y los conductores deben guiarse por instinto, siguiendo las líneas blancas.
A estas medidas de seguridad, útiles en horas nocturnas, se suma la falta de patrullaje y de puntos de control a esas horas, lo que junto a la acción del hampa también posibilita las infracciones de los conductores que pueden culminar en tragedia. Según lo indagado, la infracción favorita en el lugar, dar la “vuelta en U”, la posibilitan las pésimas condiciones en que se encuentra el separador vial, el cual se está cayendo a pedazos ante la mirada de todos.
El caso es que progresivamente al separador vial le han abierto varios boquetes que permiten el retorno de vehículos, para así no recorrer unos cuantos metros más hacia los distribuidores.
De más está decir el riesgo que implica una maniobra de este tipo en una vía donde los conductores de vehículos se desplazan a más de cien kilómetros por hora, guiados por las líneas blancas, teniendo solo como señalización la luz de la luna o las estrellas.
Otras deficiencias tienen que ver con la falta de señalización y de desmalezamiento a los márgenes de la vía, lo que minimiza la utilidad del hombrillo de seguridad.
(Pausides Rodríguez)
NOTITARDE