Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) se crean como “la cura del ‘bachaqueo’ y la corrupción, para llegar a una economía autosustentable, con fuerza propia, integrada, para satisfacer las necesidades del ser humano”, resaltó el presidente Nicolás Maduro en el lanzamiento del programa social que lleva comida a la población y ya reporta incremento de mil 200 por ciento de aumento.
A casi un año del surgimiento, los objetivos continúan hilándose en puntadas largas para lograrlos, hechos de corrupción, sobreventa de alimentos e irregularidades se investigan entre salpicadas de anuncios de control. Mientras el Gobierno intenta contener los escándalos, las familias sienten el efecto de la variación de precios de los productos contenidos en las bolsas, y son, a la vez, agradecidas por la ayuda.
El salto de pagar 800 bolívares a 10 mil 500 bolívares, significa mil 200 por ciento más por leche, azúcar, atún, harina, aceite, arroz, pasta, caraotas. Principales alimentos empacados en cajas. Los ajustes de precios, decretados por el propio Gobierno a través de la SUNDDE, inyectan costos a las familias en tiempos de “inflación inducida, guerra económica”.
Un ejemplo se estima con la harina de maíz precocida. En marzo de 2016, el kilo estaba a Bs. 19, en mayo se fijó a Bs. 190, casi 900 por ciento de incremento oficial decretado. Desde diciembre el empaque se expende a Bs. 639, una variación que escaló sobre 236 por ciento en un semestre. Así como la materia prima para hacer arepas aumentó de precio, los cambios resaltantes continúan con: pasta, aceite, arroz, leche en polvo.
Las familias perciben que los CLAP ofrecen productos por debajo del mercado informal “bachaqueado”. Y es que en mesa del comercio el empaque de harina se calienta en cuatro mil 200 bolívares, similar al rotulado en anaqueles de negocios de productos importados. Andri Andrade, vecino de Coquivacoa, saca cuentas y reconoce que la caja aumentó, pero, porque contiene “más productos”.
Recuerda que con solo los dos kilos de leche en polvo es ganar. En el mercado Las Pulgas, los dos sobres del lácteo (CLAP) son 30 mil bolívares, y la caja le costó 10 mil 500, “Cuánto me estoy ahorrando”, destaca mencionando que además adquiere azúcar, pasta, aceite, café, margarina.
«Clientela electoral»
Para Miguel Ángel Campos, sociólogo, la distribución de los CLAP marca un “diferencial” en precios entre el mercado y la oferta del Gobierno, que resulta al final en “cuota clientelar”, dado que “hay una especie de agradecimiento de fondo”. Quienes son favorecidos sienten que están en “lista de salvación”.
Pero la realidad surge por el criterio de que “es muy precario”. Los beneficiarios están en condiciones de “empobrecidos. Están luchando por comer una vez al día y no tienen ninguna posibilidad de inferir críticamente lo que hay detrás de eso”. Una “redistribución de comida que no se produce viene de otras regiones”.
Campos advierte que hay es un plan para tener “clientela electoral”, en el que los CLAP son ofertas en puerta y de que “no hay objeto de gestión, de solución al problema de abastecimiento. Hay una política policiaca, creada por el Gobierno. Los CLAP son un negocio, no es solidaridad para nada. Es gestión de un funcionario corrupto”.
La Verdad/Yasmín Ojeda