No existe una solución mágica para detener la escalada progresiva de los precios en Venezuela. Los ajustes económicos que el gobierno está obligado a hacer para restaurar el orden en sus finanzas, como la muy sonada convergencia cambiaria, dispararán la inflación a corto plazo y si se aplican poco a poco o a medias no lograrán controlarla a futuro, advierten expertos.
No hacer nada o continuar esperando tampoco es una opción. Desde 2003, cuando se implementaron los primeros controles, Venezuela se ha mantenido entre los 16 países con la inflación más alta: ocupó el primer lugar en 2010 y 2013.
El año pasado, sin embargo, marcó la mayor distancia con sus vecinos. Datos del Fondo Monetario Internacional y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe muestran que la inflación en el país representa aproximadamente ocho veces el promedio de la región.
Los países con los que Venezuela tiene más relaciones comerciales, como Estados Unidos, China, Colombia y Brasil, registraron en 2013 una inflación de entre 1,2% y 5,9%, según el FMI.
Henkel García, director de Econométrica, explicó que tener un índice de precios tan superior al de los socios comerciales hace que la sobrevaluación de la moneda sea mayor, lo que acentúa las distorsiones internas. “Si nuestros socios tuviesen una inflación parecida disminuiría la presión sobre el tipo de cambio”, afirmó.
La sobrevaluación abarata las importaciones y, por tanto, hace que producir en Venezuela sea poco rentable, mucho menos exportar. Si se le une el aumento desproporcionado de dinero en la calle, debido al elevado gasto público, se genera un círculo vicioso que continuará presionando al alza los precios.
Anabella Abadi, economista de ODH Consultores, señaló que en el cuarto trimestre de 1999 por cada bien o servicio producido existían 18,92 unidades monetarias, para el cierre de 2013 la relación pasó a ser de 40,3. “Es decir, mientras crece la cantidad de bolívares disponibles en la economía, la cantidad de bienes en el mercado se estanca o crece notablemente menos”, dijo.
Ante estas distorsiones, los controles cambiario y de precios han actuado como mecanismos de contención. Abadi y García coinciden en que la inflación actual, tan mala como la percibe el venezolano, tiene varios años de rezago. “Hoy por hoy el gobierno sigue tomando medidas desarticuladas que pueden tener un impacto a corto plazo, pero que perderán efectividad a mediano plazo”, expresó Abadi.
Añadió que si la devaluación producto de la convergencia cambiaria se adopta como una medida aislada, habría un aumento de precios a corto plazo sin que se produzca más adelante una desaceleración en la inflación.
Las aproximaciones sobre el índice de precios, de los analistas venezolanos y de las firmas internacionales, rondan 75% para el cierre de este año, el único resultado de dos dígitos en América Latina, de acuerdo con el FMI. Otros expertos consideran que si se aplican otras medidas de ajuste podría llegar a tres dígitos.
No sería la primera vez. García recordó que en 1996 alcanzó 103,2%. El resultado coincidió con el levantamiento del control de cambio instaurado en el gobierno de Rafael Caldera. Sin embargo, los ajustes económicos que acompañaron la medida condujeron a que al año siguiente el indicador estuviera en 37,6%.
Poder de compra
Actualmente se requieren 532 bolívares para comprar lo que en 2008 se adquiría con los recién impresos billetes de 100 bolívares (entonces denominados fuertes). En 6 años la moneda venezolana ha perdido 83,4% de su valor debido al alza de los precios, según números de Econométrica basados en las cifras del Banco Central de Venezuela.
Entretanto, el poder de compra de los salarios continúa pulverizándose. Contando con un escenario en el que no se tomen mayores ajustes económicos, la caída del poder adquisitivo este año estará entre 10% y 15%, señaló García.
Los controles de precios que contribuyen a mitigar los efectos de la inflación también se ven obligados a experimentar ajustes. Por ejemplo, en 2008 el precio del kilogramo de pollo beneficiado era de 8,39 bolívares. Ahora, de acuerdo con el más reciente ajuste, el precio se elevó a 43 bolívares.
Anabella Abadi indicó que combatir la inflación requiere no de controles sino del fortalecimiento del aparato productivo nacional. “Esto incluye generar condiciones de confianza que atraigan la inversión privada. Y generar confianza pide la credibilidad de las medidas planteadas por el gobierno”.
Bolívar no tan fuerte
Entre 2008, año de la reconversión monetaria, y 2014 la inflación ha sido 445%. El efecto se observa en los productos regulados y en los no regulados
Tinte de cabello
2008: 13 bolívares
2014: 65 bolívares
Yogurt líquido:
2008: 5,6 bolívares
2014: 80,3 bolívares
Detergente:
2008: 6 bolívares
2014: 18,5 bolívares
Pollo (1kilogramo):
2008: 8,39 bolívares
2014: 43 bolívares
Agua mineral (0,25 ml)
2008: 1,5 bolívares
2014: 4,46 bolívares
Queso crema:
2008: 11,2 bolívares
2013: 73 bolívares
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