La industria manufacturera pyme de Argentina tuvo este junio una retracción del 0,6% en comparación con el mismo mes del año pasado y del 0,9% en relación con mayo último, informaron este domingo fuentes sectoriales.
Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), este descenso es continuidad de una tendencia a la desaceleración de la actividad que comenzó en diciembre último.
Aún así, la pequeña y mediana industria argentina pudo cerrar el primer semestre del año con un crecimiento de 1,2% en comparación con igual periodo del año pasado.
De acuerdo al informe, los aumentos de precios en junio fueron más moderados que en meses anteriores, pero las industrias pymes comenzaron a notar una cierta desaceleración en los pedidos de producción.
«Esto se debe a que el poder de compra del ingreso personal se ha debilitado, lo que significa que los consumidores tienen menos dinero para gastar», explicó la entidad empresarial.
El informe también da cuenta de un fenómeno que ocurre en algunas ramas industriales: la sobreacumulación de «stocks» (existencias) de insumos por temor a que su desabastecimiento futuro genere gastos extraordinarios, además de costos logísticos.
«Ello provoca no sólo una menor liquidez financiera, sino una postergación de inversiones en maquinarias o reparaciones, que posibilitarían aumentar su capacidad de producción y la oferta del mercado», advirtió la CAME.
Los datos sectoriales difundidos este domingo están en sintonía con otros indicadores públicos y privados que dan cuenta de un estancamiento en la producción industrial y una retracción progresiva en el consumo, en un entorno de elevada inflación (115,6 % interanual en junio) y una pérdida del poder real de compra de los salarios.
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