Un cartel del grupo activista Greenpeace escrito en las Líneas de Nasca en Perú causó la «indignación» del gobierno peruano, que aseguró que la intervención dañó gravemente el entorno.
El mensaje «Tiempo de cambio: el futuro es renovable» fue puesto la madrugada del lunes debajo del geoglifo del colibrí por una decena de activistas del grupo.
«Esta zona, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, es un área donde está estrictamente prohibido cualquier tipo de intervención, dada la fragilidad que rodea las figuras», aseguró el gobierno de Perú en un comunicado del Ministerio de Cultura.
Acción «ilegal, inconsulta y premeditada»
Greenpeace realizó la acción en el marco de la Conferencia de Cambio Climático de la ONU (COP20), que se realiza esta semana en Lima.
En su página de Facebook la organización aseguró que no se dañó la zona monumental. «Todo el mundo fue muy cuidadoso y no se hizo ningún daño en absoluto», publicó.
Sin embargo, el Ministerio de la Cultura aseguró que la intervención del grupo ambientalista fue «ilegal, inconsulta y premeditada» y que produjo «una grave afectación del área».
El Ministerio de Cultura denunció el hecho ante la Fiscalía de Nasca y solicitó impedir la salida del país de los responsables.
Luis Jaime Castillo, viceministro de Patrimonio Cultural, comentó a la AP que los activistas de Greenpeace habían cometido un delito llamado «atentado contra monumentos arqueológicos» que se castiga con entre tres y seis años de cárcel.
Dijo también que las huellas de los activistas demorarán «cientos o miles de años» en desaparecer y que la línea afectada, el colibrí, es una de las más reconocidas, «es el símbolo de Perú en campañas publicitarias, es una verdadera cachetada a todo lo que los peruanos consideramos como sagrado».
«Para ingresar a las Líneas de Nasca y pisar su suelo, considerado intangible y que se ubica en un área restringida, se tienen que usar unos zapatos especiales para no dañar la zona. Con ellos se tiene que caminar despacio y levantando bien los pies para preservar intactas hasta las piedras del lugar», explicó El Comercio de Perú.
El medio añadió: «En un video que ellos mismos compartieron se ve cómo los activistas de Greenpeace ingresan de noche a las líneas de Nasca, hasta el jeroglífico del Colibrí, con zapatos, botines y zapatillas de uso corriente. Esto significa un atentado contra uno de los Patrimonios Culturales de la Humanidad que tiene nuestro país».
Sin embargo, Greenpeace ha asegurado que la intervención se realizó «con extremo cuidado» y ha negado cualquier daño a los gigantescos geoglifos, pese a la divulgación de fotografías en las se observan las huellas dejadas por los activistas.
Foto tomada por el Cap.Juan Carlos Ruiz,ayer 8 de diciembre 17:05. Se ve claramente los daños pic.twitter.com/uxmPtzfy6F
— nazcaline-WATCHES (@nazcalineWATCH) diciembre 9, 2014
Tina Loeffelbein, vocera de Greenpeace, dijo a la AP que fueron «absolutamente cuidadosos» en proteger las líneas de Nazca.
«Estamos tomando esto muy en serio e investigando el caso», añadió.
Declinó responder más preguntas, entre ellas si Greenpeace identificará ante autoridades peruanas a los activistas involucrados en la acción.
Las redes sociales se han hecho eco de las protestas y exigen algún tipo de sanción para los ecologistas.
«¿Qué sentido tiene hacer esas ‘intervenciones’? Excepto tener una buena foto para Facebook, es inútil, es solo ‘marketearse’ y alimentar ese ego de ‘salvadores’ del que pecan muchos», escribió un internauta.
En la acción, realizada junto a la conocida imagen del colibrí, participaron activistas de Alemania, Argentina, Chile, Brasil, España y Austria.
Las Líneas de Nazca, de la época preincaica, fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1994 y legalmente tienen el estatus de zona intangible, por lo que está prohibido acercarse a ellas sin autorización (I).
Fuente: BBC Mundo/El Universo