Un rotundo silencio ha sido la reacción de la Casa Real española frente a la imputación por fraude fiscal y blanqueo de capitales a la infanta Cristina -hija menor de los reyes-, mientras la sociedad española se debate entre la necesidad de que ésta renuncie a su título y a sus derechos dinásticos.
Sobre este tema no hay posición alguna del palacio de la Zarzuela más allá de informar mediante portavoz su «respeto a las decisiones judiciales».
Luis Arroyo, consultor en Comunicación Política español, explica que «la imputación es una pésima noticia para la Casa del Rey, pero su imagen viene desgastándose desde hace ya un par de años, cuando se supo de los escándalos de (Iñaki) Urdangarin» -esposo de la infanta-. El analista indica que por primera vez las encuestas muestran mayor rechazo que aceptación a la realeza y a la figura del Rey en particular.
Además, diversos sectores de la sociedad española exigen la renuncia de la infanta. «Hay voces que piden que renuncie a sus derechos dinásticos», dice.
Desde que se desató el escándalo con Urdangarin como protagonista, él y su esposa fueron desplazados y apartados públicamente por su comportamiento «no ejemplar».
Se conoce que Cristina no está dispuesta a separarse de sus derechos, y su padre no se lo ha solicitado por considerar que «todo esto -las acusaciones- es injusto y desproporcionado», agrega el sociólogo y licenciado en Ciencias Políticas.
Empero Arroyo señala que en caso de hacerlo, ésto no sería relevante. «Tendría efecto solo simbólico, porque es la séptima en el orden de sucesión, pero sería un gesto», dice. «Solo ella podría renunciar», plantea.
Según El Mundo, la renuncia de la infanta a sus derechos de sucesión «podía haber ayudado a la institución», y la excusa de sus hijos no tiene fundamentos.
«Su renuncia no afectaría a los cuatro hijos ya nacidos, según fuentes de Zarzuela. Sí, a uno nacido después», publicó el diario conservador.
Retorno a la normalidad
El rey Juan Carlos retomó el miércoles las audiencias públicas en compañía de su hijo, el príncipe Felipe, quienes recibieron al ministro de Asuntos Exteriores japonés, Fumio Kishida, y han evitado pronunciarse personalmente.
Su decisión de mantenerse al margen del caso es relacionada por el diario El País con lo ocurrido en abril de 2013, cuando manifestaron «sorpresa» por la primera imputación a Cristina -que en ese momento fue rechazada-, y el comentario fue interpretado como una forma de presión contra el juez José Castro, que lleva la causa.
Hasta la fecha la infanta Cristina, su esposo y sus cuatro hijos se encuentran en Suiza -país que tiene convenio de extradición con España- desde el verano pasado, donde ella trabaja para la Fundación La Caixa para coordinar proyectos que la entidad tiene con agencias de Naciones Unidas.
Fuente EU