Esta mesa de pool con forma de banana está cubierta de fieltro amarillo, paredes curvas en vez de rectas y cuatro buchacas en vez de las seis habituales en una creación de Cleon Daniel.
Jugar en ella debe ser un reto, ya que al ser las paredes irregulares será difícil predecir hacia dónde rebotará la bola y habrá que confiar más bien en los tiros directos o en la buena suerte.
En todo caso, se ve divertida y si no estás en plan competitivo seguro que pasarás un buen momento y te divertirás bastante pues, con tal grado de incertidumbre, las posibilidades del azar se incrementan y con ello la emoción.
Tal vez se trate de una mesa más apta para niños que para exigentes adultos, pues los primeros simplemente se entretendrán viendo rebotar la pelota en ese colorido tapete amarillo.