Un violador torturó a tres niños, a dos los degolló y a otra la violó, le fracturó los brazos y la apuñaló en el abdomen. El desconocido sorprendió a los pequeños tumbando mamones en una trocha que comunica al sector Ciudad Belén con el barrio Guacarapa, sector Guarenas, en el estado Miranda, a la 1.00 de la tarde del pasado sábado. Quiso llevarse a la niña de 11 años, pero los hermanitos Sergio (9) y José Serrano (10) se le enfrentaron y en la lucha les cortó el cuello a los dos.
La niña quedó a meced del desconocido. Corrió, buscó donde esconderse, pero igual la alcanzó. En el forcejeo le fracturó los brazos y las manos. Ya indefensa y adolorida, abusó de ella en reiteradas oportunidades. Para que no escapara le clavó un cuchillo en el abdomen y la dejó malherida en una zona enmontada.
En un descuido, la pequeña escapó. Se arrastró hasta un puesto de la Guardia Nacional, a unos metros de donde los atacaron. Eran las 7.00 de la noche. Los funcionarios se sorprendieron de verla semidesnuda y ensangrentada suplicando ayuda.
Los uniformados llevaron a la víctima hasta el Seguro Social, de ahí a Pronto Socorro y luego al Hospital Domingo Luciani, donde permanece en estado crítico. Estuvo consciente durante todo el recorrido y pudo contar parte de lo sucedido.
La búsqueda de los hermanitos Serrano comenzó a las 9.00 de la noche y se extendió hasta 1.00 de la madrugada de ayer. Ambos estaban tal como lo describió la sobreviviente a los uniformados. Los cadáveres presentaron golpes y cortaduras. Se estima que tenían al menos 12 horas de muertos.
Del homicida-violador no se conoce nada. No hay una descripción exacta. Los vecinos aseguran que no era de la zona. Los funcionarios de la Policía científica, la Guardia Nacional, el Sebín y Poliplaza rastrean las barriadas adyacentes en búsqueda del responsable. La comunidad colabora con los policías; intenta encontrarlo primero para lincharlo.
Incremento de víctimas
En un 131,7 por ciento se incrementaron desde 1998 hasta 2009 los homicidios por arma de fuego en adolescentes entre 15 y 17 años, según una investigación realizada por Andrea Chacón y José Fernández, presentada ayer en la sede del Cecodap.
Los investigadores precisaron que las consecuencias de la violencia armada en niños, niñas y adolescentes se han incrementado. Expresaron que puede ser manejable, siempre y cuando las normas que se apliquen para controlarla incluyan el desarme y un estudio en cada zona para ubicar los agentes que la causan.
En la zona norte del país se concentra la mayor tasa de homicidios en adolescentes, a quienes hallan en zonas públicas, «sin siquiera haber recibido auxilio médico».
Fuente: La Verdad
