En Buenos Aires cientos de personas volvieron a reunirse este lunes en los alrededores del Obelisco, en el centro de la capital, para recibir a la selección nacional de fútbol que el domingo disputó la final del Mundial en Brasil.
Tras la derrota a manos de Alemania, el equipo liderado por Lionel Messi regresó a Buenos Aires, donde fue recibido por la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y por miles de simpatizantes en la sede oficial de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) cerca del aeropuerto internacional de Ezeiza.
«Al principio no daban ni veinte mangos (pesos) por ustedes, y ustedes les taparon la boca. Jugaron con garra, pasión, en equipo», destacó la mandataria, quien dijo haber sentido «un inmenso orgullo de cómo se defendieron los colores de la República Argentina (en la final), con dignidad, con orgullo, con capacidad».
«Ustedes han brindado un ejemplo y han vuelto a generar valores y sentimientos que los argentinos creíamos olvidados, rodeados siempre de exitismo. Se es primero también cuando se pone todo lo que hay que poner, cuando se pone calidad, cuando uno se junta con el otro para salir adelante», afirmó la jefa de Estado, quien admitió que no había visto ninguno de los partidos del Mundial.
La AFA informó que los jugadores no irán al Obelisco a saludar a los hinchas. Sin embargo, muchos de ellos decidieron permanecer en el lugar, generando fuertes embotellamientos en la capital argentina.
En la noche del domingo, cientos de miles de argentinos se reunieron en el Obelisco para festejar el desempeño del seleccionado pero las celebraciones culminaron en escenas de violencia luego de que un grupo de personas generaran destrozos.
www.bbc.co.uk