Para los detectives de la policía científica atrapar a los homicidas de la actriz Mónica Spear y desmantelar en su totalidad a la sanguinaria banda que había cobrado varias víctimas en la Autopista Valencia-Puerto Cabello era una cuestión de honor, pues a pocos metros donde cayó asesinada la infortunada mujer también había caído muerto un hermano de su máximo jefe, el comisario José Gregorio Sierralta, director del Cicpc, hace poco más de un año.
Por ello los investigadores atribuyeron las mesuradas y sentidas palabras de su jefe cuando le correspondió dirigir la recolección de evidencias físicas a un lado de la carretera donde le quitaron la vida a la ex Miss Venezuela.
Los detectives recordaron que el 7 de febrero de 2012 acompañaron al comisario Sierralta hasta el kilómetro 171 de la Autopista Valencia-Puerto Cabello donde reconoció a su hermano Alexis José Sierralta Rodríguez, de 52 años, quien yacía tendido sobre el asiento de un colectivo que lo trasladaba desde Puerto Cabello a la ciudad de Valencia.
Unos antisociales que simularon ser pasajeros abordaron la unidad de transporte y en medio del peligroso sendero comenzaron a robar a los viajeros. Sierralta opuso resistencia y fue asesinado. Recibió un disparo en el abdomen. Viajaba acompañado de su esposa. Los homicidas huyeron hacia el mismo sector donde se ocultaron los asesinos de la actriz.
Desde ese momento los subalternos del comisario Sierralta se comprometieron en no descansar hasta ver a los criminales tras las rejas. El tiempo les dio la revancha.
Fuente: ÚN