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Hermanados por el odio

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Hermanados por el odio



 La definición de “hermano” es obvia. Pero cuando se trata de política exterior la cosa toma otro color. Lo primero que hay que buscar en este caso son los puntos en común, los intereses compartidos, las similitudes en las políticas públicas, las afinidades culturales, los estilos de vida parecidos.

 

 

Visto desde esa perspectiva, lo que se concluye rápidamente es que en el caso de Irán y Venezuela no se puede hablar de países hermanos. Para ser más exactos en esta caracterización, se trata más bien de regímenes con similitud de intereses, aunque con desigualdades en otros ámbitos que trabajan en favor de una de las partes.

 

 

Esta breve disertación sobre política exterior y diplomacia viene a cuento cuando el régimen recibe la visita de un importante personaje iraní. Mohammad Yavad Zarif llegó a Caracas y lo recibió su homólogo, el canciller rojito, Jorge Arreaza.

 

 

Más allá de darle la bienvenida por Twitter, que es como este ministro trabaja, lo llama “hermano” y asegura que viene a profundizar las relaciones entre los dos regímenes. Es bueno insistir en esto, porque Zarif no viene a ofrecerle ayuda a cada venezolano necesitado que busca comida en la basura, viene seguramente a lanzarle un salvavidas más al régimen rojito.

 

 

¿Y por qué se le jala tanto mecate a este canciller? Pues porque si no fuera por su gobierno, el mandante estaría ya enterrado en problemas sin poder ni siquiera asomar el bigote. Por eso es que suena a chiste cuando avisan que desde diciembre estarán permitidos los vuelos desde y hacia Irán, como si la gente no supiera que estos viajecitos ocurren cada vez que les hace falta, sin pedir permiso a nadie. Los que usarán esta ruta son los que tengan algo que ir a buscar o que llevar a Teherán. Y una vez más, es muy improbable que a algún venezolano le interese ese destino.

 

 

Pero cuando hablamos de regímenes con intereses compartidos (en este caso el odio a Estados Unidos y a Occidente, principalmente), se habla también de que es una relación desigual, desequilibrada. ¿A cuenta de qué Irán ofrece todo su poderío, manda buques con gasolina, envía personal para adoctrinar y entrenar, y hasta hace que su canciller pasee por Caracas? Porque lo que puede tomar de Venezuela es invalorable: posición estratégica, reservas de petróleo y oro y un régimen que está dispuesto a vender el pellejo… de los venezolanos a cambio de seguir en el poder. Aunque Venezuela quede arrasada.

 

 

No crea, amigo lector, que esta “relación” le beneficiará en algo, no es equilibrada como las que ocurren entre países democráticos y no es desinteresada como la que puede surgir entre verdaderas naciones hermanas.

 

 

Editorial de El Nacional

 

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