Se trata de la primera vez que un miembro de la familia real española se somete a un juicio, en este caso por corrupción
La hermana menor de Felipe VI, Cristina de Borbón, y su marido Iñaki Urdangarín se sientan mañana en el banquillo de los acusados por la trama del “caso Noos“, que juzga la actividad de la fundación presidida por el cuñado del rey y el presunto desvío de 6,6 millones de dólares de fondos públicos.
La infanta está imputada por su presunta cooperación en los delitos fiscales de su marido, que a su vez está acusado de tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delitos contra Hacienda y blanqueo de capitales.
Junto a Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín se sentarán mañana en el banquillo otros 16 acusados, entre ellos el expresidente de la región de Baleares (archipiélago mediterráneo), Jaume Matas.
El “caso Nóos” investiga el presunto desvío de 6,1 millones de euros (6,6 millones de dólares) de fondos públicos al Instituto Noos, una fundación nacida sin ánimo de lucro y que presidió el esposo de Cristina entre 2003 y 2006.
Los más de cuatro años que duró la instrucción, desveló que el socio de Urdanagarín, Torres, fue el autor intelectual, mientras que el entonces yerno del rey Juan Carlos fue el gancho para obtener clientes y aumentar notoriamente los honorarios y fondos públicos que recibía la fundación creada por ambos.
Para adueñarse de los fondos públicos que ingresaban a nombre del Instituto Nóos el cuñado de Felipe VI y su socio se valían presuntamente de un entramado formado por empresas de su propiedad que drenaban el dinero hacia sus propios patrimonios.
Cristina de Borbón era titular con su marido de Aizoon, la empresa que usó Urdangarin para desviar supuestamente los fondos a su patrimonio personal.
La defensa de la infanta alega que ella estaba completamente al margen de la dirección y gestión cotidiana de la compañía y que “se limitó a rubricar sin pedir explicaciones” los documentos que le presentaron.
Aunque la infanta está imputada en la trama de corrupción y mañana, durante la primera vista oral del juicio, se sentará en el banquillo de los acusados como imputada, todavía puede librarse del juicio si el tribunal decide aplicarle la llamada doctrina Botín.
Una vez se celebre la vista de mañana, el tribunal de Palma (capital de las Baleares) tendrá varias semanas para dirimir si la hermana del rey debe ser juzgada, y debe declarar junto al resto de acusados a partir del 9 de febrero.
La expectación generada por este juicio obligó a adecuar un edificio especial que albergue a los 590 profesionales de 84 medios de comunicación nacionales e internacionales que se han acreditado para seguirlo.
Fuente: EFE