Helen Mirren baja la voz y parpadea para hacer una confesión. Cuando disfruta mucho haciendo una película, como le pasó con «The Hundred-Foot Journey», siente un temor: «¿Irá a ser pésima?».
La condecorada con el título de Dama del Imperio Británico de 69 años, que ganó un Oscar por interpretar a la reina Isabel II, también confesó que cuando se toma un receso en la actuación le da miedo que se le olvide completamente cómo actuar.
Pero sus 45 años de trayectoria demuestran lo contrario.
En «The Hundred-Foot Journey», que se estrena el 8 de agosto en Estados Unidos, Mirren interpreta a Madame Mallory, una restaurantera quisquillosa que considera a los espárragos quemados como una afrenta personal. Su restaurante distinguido con estrellas Michelin, ubicado en un pueblito pintoresco que parece salido de una postal, es uno de los más exquisitos de Francia, pero adentro Mallory gobierna despiadadamente sobre su personal y su cocina. Su frialdad se vuelve helada cuando una familia india abre su propio restaurante, el colorido Maison Mumbai, justo al otro lado de la calle.
Aunque Mirren estaba lista para un receso después de repetir su papel real en el teatro de Londres en «The Audience» de Peter Morgan, no pudo decir no a «The Hundred-Foot Journey». No sólo por las personas a cargo de la cinta (Steven Spielberg y Oprah Winfrey son productores y Lasse Hallstrom el director); el proyecto le permitió a Mirren cumplir un sueño de toda la vida.
«Siempre quise ser una actriz francesa en secreto, pero nunca lo logré», dijo.
Además del atractivo proyecto estaba la bella locación en el sur de Francia («Quizá pensarán que se trata de un anuncio comercial de Francia, pero todo es real», dijo Mirren). Y las comidas que le preparaba su compañero de reparto Om Puri, quien interpreta al patriarca de la familia india.
«Fue una de esas experiencias absolutamente maravillosas», dijo Mirren — del tipo que le hace dudar de la calidad de la película. Pero ese miedo se esfumó rápidamente: «Teníamos a Lasse, y Lasse era nuestra arma secreta».
El director dijo que Mirren — dentro y fuera de su personaje — le dio magia al plató.
«Es tan inteligente y preparada», dijo Hallstrom. «Conoce todos los aspectos del trabajo en el cine».
Con excepción de cómo sentirse cómoda entre proyectos. El tiempo de descanso hace sentir a la actriz ansiosa. Le parece que puede perder la concentración y perder el ritmo del personaje que debe interpretar.
Mirren dijo que cuando ve películas en el cine se siente «fascinada» por el trabajo de los otros actores y temerosa de su propia capacidad.
«Y quizá hay un proyecto próximo y me pongo muy nerviosa porque pienso, ‘no lo puedo hacer»’, dijo la condecorada actriz. «Pero entonces empiezas a darte cuenta, ‘oh claro, sí puedo, esto es lo que hago, es mi trabajo»’.
Diario las Américas