Con estas posiciones, a las que les dimos un twist para romper la rutina, dejarás a tu chico complacido y encantado, porque ambos disfrutarán de la sesión por igual. ¡Pruébalas!
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Contoneos precisos. Mientras él está sentado, con las piernas estiradas o encogidas, tú te sientas en la clásica pose de la amazona, en cuclillas de frente. Prueba con diferentes movimientos, eso ayudará a que él mantenga una buena erección gracias a la sorpresa del ritmo que impones.
Seducida por él. Renueven la posición del misionero elevando tus piernas por encima de sus hombros. Esta variante permitirá una mayor profundidad en la penetración, lo que a ellos les encanta. El contacto visual es muy importante con esta postura, al igual que la gesticulación, no sé trata de que finjas un éxtasis.
Poseído de placer. Él se recuesta con las piernas encogidas y eleva su pelvis con unos cojines. Tú siéntate acomodando tus piernas por debajo de las de él, estiradas al lado de su torso o encogidas al lado de sus glúteos, como mejor te acomodes. Haz movimientos cortos hacia arriba y hacia abajo.
Su mayor deseo. Te recuestas con las piernas encogidas y elevadas, tú chico se arrodilla frente a ti, te toma de las rodillas y pies, elevando tu peso para hacer recorrer tus glúteos por sus muslos y pelvis. Ayúdalo, impulsando tu cadera.
Deleite sensual. Su tarea será recostarse relajadamente, la tuya será dejarte consentir por una buena dosis de sexo oral. Con esta pose le demostrarás a tu galán lo bien que estás con tu cuerpo, inclusive íntimamente.
Fuente: Veintitantos
