La Cámara Venezolana de Empresas de Servicios de Telecomunicaciones (CASETEL) fue el punto de encuentro para rendir un sentido homenaje a su Presidenta, Haydée Cisneros de Salas, amigos, familiares y colegas se reunieron para evocar su trayectoria y el profundo impacto que dejó en el gremialismo venezolano, el sector de las telecomunicaciones y la academia.
Los asistentes coincidieron en que el legado de Cisneros de Salas se cimentó en su integridad inquebrantable, su férrea defensa de las normativas y su calidad humana.
Un ejemplo sobresaliente es su impulso a la Comisión de Mediación y Resolución de Controversias de Fedecámaras, la cual concibió como un mecanismo fundamental para solucionar problemas mediante el diálogo.
Colegas destacaron que fue co-creadora del reglamento de esta comisión, considerándola una de sus obras de mayor contenido y relevancia reciente.
En el ámbito gremial, fue recordada por su postura decidida en defensa de la institucionalidad, su enseñanza, repetida a sus colaboradores, era clara:
«Los estatutos no se interpretan, se cumplen», este principio lo llevó como bandera en la Cámara de Comercio de Caracas, donde se convirtió en la segunda mujer en presidir la institución, un hecho notable en una cámara históricamente liderada por hombres.
Su sucesor en el cargo destacó que ella siempre fue una tutora, brindando consejos oportunos y oportunidades de crecimiento.
De Telcel a la Fundación de CEDICE
Su paso por Telcel fue evocado con especial afecto, antiguos miembros de su equipo la definieron como una maestra que ejercía su liderazgo con honestidad y un compromiso a toda prueba.
Su colaborador más cercano en la compañía la designó su «general» y luego su «comandante jefe», un vínculo que perduró por años y que simbolizaba la profunda guía y respeto que inspiraba, esta relación se basaba en la autoridad ganada, no en la posición jerárquica.
Antes de Telcel, Cisneros de Salas fue una de las impulsoras y primera gerente general de CEDICE (Centro de Divulgación del Conocimiento Económico) en 1984.
En un momento de grandes desafíos para el pensamiento liberal, ella y su equipo sentaron las bases para una institución dedicada a divulgar y formar en las ideas de libertad, atrayendo a una generación de talentos y empresarios que han sido cruciales para el país.
Generosidad y formación de talentos
Su visión iba más allá de lo empresarial, participó activamente en la creación de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, buscando enrumbar a Venezuela hacia un liderazgo tecnológico en la región.
Además, fue co-fundadora e impulsora de Mujeres Vitales de Venezuela en 2004, demostrando su constante preocupación por el desarrollo social.
En la Universidad Monteávila, donde trabajó en sus últimos años, Cisneros de Salas vivió una etapa de gran satisfacción, su rol cambió, pasó de ser quien autorizaba donativos en el mundo corporativo a gestionar el apoyo para iniciativas académicas.
El rector de la universidad y sus colegas allí destacaron cómo su capital relacional y su probada inteligencia se pusieron al servicio de la institución, facilitando apoyo y atrayendo nuevos talentos, incluyendo a muchos profesionales formados originalmente en CEDICE.
Se la recordó como una caricia de Dios para la universidad, gracias a la calidez de su trato y su capacidad para forjar amistades sinceras en un breve periodo.
El conversatorio concluyó con el reconocimiento unánime de que Haydée Cisneros de Salas deja una huella profunda en el gremialismo y las telecomunicaciones.
Su vida fue una demostración de que la autoridad personal, construida sobre la lealtad, la integridad y la generosidad, es el camino más efectivo para transformar y mejorar el entorno profesional y humano.










