«Fue peor el remedio que la enfermedad». Hasta US$7.000 cuesta convertir un vehículo a gasoil (diésel), pero resulta que tampoco se consigue.
Así lo expresó Erasmo Aliam, presidente de la Central Única de Trabajadores de Transporte Público del estado Zulia, quien explica además que, debido a la falta de gasolina, la resiliencia de muchos conductores los llevó a modificar el sistema de combustible de sus unidades de transporte, pero resultaron doblemente afectados.
“Microbuses, autobuses de capacidad de 50, de 60 puestos, ellos hicieron una inversión de 7.000 dólares para convertir sus vehículos a gasoil [diésel], y resulta que se consiguen con la gran sorpresa de que ahora tampoco hay gasoil», subraya Aliam.
“Desesperados, nuestros agremiados todos los días nos llaman pidiéndonos auxilio, no pueden trabajar”, manifestó en entrevista a la Voz de América.
Las filas de vehículos en las estaciones de servicio ya no sólo se deben a la escasez de gasolina, también a la falta de diésel, combustible requerido para el traslado de alimentos, medicinas, así como para el funcionamiento del transporte público, maquinaria agrícola y generadores eléctricos.
Transportistas aseguran que el escenario es complejo en todo el país, pero particularmente en el estado Zulia, fronterizo con Colombia, donde desde hace tres meses la escasez comenzó a agravarse, influyendo negativamente en la actividad económica.
Según Consecomercio, organización que reúne a los comerciantes del país, Venezuela no recibe cargamentos de diésel desde finales de octubre, cuando la administración del expresidente Donald Trump prohibió a empresas extranjeras intercambiarlo por petróleo crudo.
Pero, aunque pudieran acarrear algunas limitaciones, la causa real de la escasez de combustible no son las sanciones, sostiene Eugenio Montoro, exgenerente del Complejo Petroquímico Morón.
“Irán está más sancionado que Venezuela por Estados Unidos y por otras naciones. Irán produce toda la gasolina que necesita, incluso se da el lujo de exportarnos y vendernos a nosotros gasolina (…) es una excusa fácil como para decir, yo no produzco por culpa del otro, no, tú no estás produciendo por culpa tuya”, afirma Morón.
El especialista agrega que el Gobierno de Nicolás Maduro intenta activar algunas plantas de las refinerías del país, pero asegura que requieren una “reparación mayor” y que actualmente no son confiables para operar de manera continua.
“Un trabajo de varios meses para volver a llevarlas a una condición electromecánica confiable, eso pues no se ha hecho también por la premura que ellos tienen de poner las plantas en servicio y hasta lo que sabemos es que se están haciendo reparaciones puntuales”, expresa.
Diversas organizaciones insisten en solicitar que, por motivos humanitarios, se levanten las sanciones vinculadas con el diésel, una medida que, de acuerdo con analistas como el economista y ex directivo de Petróleos de Venezuela, José Toro Hardy, podría evaluar la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
“Pareciera que en el Gobierno de Biden hay un acento diferente, probablemente ellos busquen alguna forma de negociación multilateral en el cual estén involucrando tanto a China, como Rusia, la Unión Europea, algunos países de América Latina a la hora de enfocar el tema de Venezuela”, explica.
Fuente: Banca y Negocios
Por: Maria Laura Espinoza
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