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Hasta que le echaron el guante

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Hasta que le echaron el guante

   

Dos cosas que ocurrieron casi simultáneamente confirman la posición del régimen ante los derechos humanos. Primero, se publica el nuevo informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas sobre tortura, tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Lo segundo y casi inmediato, se encarcela a Javier Tarazona, director de Fundaredes, y nadie ha podido hablar con él desde el viernes en la mañana.

 

 

Es obvio, a la cúpula del madurismo le interesa muy poco lo que tenga que decir la comunidad internacional y los técnicos de Naciones Unidas sobre las violaciones de derechos humanos que cometen todos los días. Sin embargo, hay que agradecer que el equipo de Michelle Bachelet siga investigando y procesando cada denuncia. Ahora se suma una más.

 

 

Tarazona es incómodo para los rojitos, de eso no hay dudas. Lo sabe él, su familia y los voluntarios que con él tratan de llevar las cuentas y denunciar lo que pasa en zonas como Apure. Tenía meses en eso, y si no es por él y por Fundaredes nadie se entera de los enfrentamientos entre soldados venezolanos y dos grupos guerrilleros colombianos. Tampoco se sabría que los subversivos viven y hacen negocio en territorio venezolano con colaboración muchas veces de las fuerzas armadas.

 

 

Es una gran piedra en el zapato. Pero, además, un verdadero defensor de los derechos humanos que, como corresponde, tiene presente los procesos legales y por eso decidió acudir al Ministerio Público en el estado Falcón para denunciar que lo estaban amenazando. Al salir, funcionarios del Sebin lo estaban esperando como si él fuera el delincuente y se lo llevaron junto con otros activistas.

 

 

La defensora de derechos humanos Tamara Suju afirma que lo trajeron para Caracas el mismo viernes, pero nadie ha podido hablar con él. Este es el tipo de casos que recoge el equipo de Bachelet en su informe, y de esto es de lo que se ríe el régimen. Lo que no entienden es que aunque encarcelen a Tarazona, el mundo entero va a seguir conociendo todas las barbaridades y los tratos sucios que hacen con la narcoguerrilla y cómo dejan que estos delincuentes se apoderen de caseríos y pueblos en Venezuela.

 

 

Aunque se hagan manifestaciones en frente de la sede del Sebin, ya se sabe el destino de los que llegan a ese edificio del terror. Lo que pide Venezuela es que los organismos internacionales no dejen de tratar estos temas. El destino de estos luchadores está en manos de tiranos que no le temen a nada, que torturan, violan y que son capaces de lo que sea para mantenerse en el poder. Este mensaje es más claro que millones de declaraciones del usurpador de Miraflores llamando a diálogo.

 

 

El régimen maduchavista es un monstruo y todo el que se le pare en frente termina en las mazmorras. A los facilitadores de las negociaciones, tomen esto en cuenta, porque la lucha no es fácil pero sí es urgente vencer.

Editorial de El Nacional

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