Realizar una “limpieza” con esencias, plantas naturales e incluso hacerse una consulta con tabaco para saber qué te depara el destino, ya no son rituales accesibles.
Empleados de perfumerías esotéricas y negocios que se encargan de trabajar en esta rama comentaron que los precios se han disparado hasta en 50% en lo que va de año.
Toña Juana, quien le ha dedicado 55 años de su vida a este oficio en el mercado municipal de Puerto La Cruz, informó que las plantas para despojos que son traídas del centro y occidente del país, se han visto afectadas por la sequía. Ahora rara vez los camioneros la distribuyen.
En el caso de los tabacos, la encargada del local Obatalá indicó que las hojas con que elaboran estos puros son importadas, generalmente de Colombia.
“Además, es un producto al que siempre le están aumentado el impuesto y a su vez el precio para la venta“.
Con este incremento se han visto afectados los espiritistas que leen el tabaco para chequear a las personas. Una consulta hace unos meses costaba menos de 200 bolívares. Ahora, el precio mínimo es de Bs 300.
Baños y rituales
Yanet Moreno, quien tiene un puesto en el mercado porteño, comentó que la mayoría de sus clientes buscan despojos para la prosperidad y el amor, pero primero deben limpiarse los caminos.
El primer baño consiste en realizar una mezcla con montes, alcanfor y cuernoeciervo. El frasco de un litro, que sirve para unas cinco aplicaciones, está en Bs 300 y su precio hace unos meses fue de 200 bolívares.
Sin embargo, indicó que para las personas que no tienen suficiente dinero, pueden utilizar las esencias de saca saca, destrancadera y siete esencias. La presentación de casi medio litro está en Bs 60.
En cuanto a rituales, el palero Jorge Rivero informó que buscan mucho los “amarra pareja“. El más sencillo consiste en utilizar velones de dominio, orina de la persona, miel y afrodita y le hacen las peticiones a Santa Marta.
También ofrece consultas con tabaco, cartas y caracoles. El precio varía entre 300 y 400 bolívares. El primero sirve para limpiezas y el segundo para averiguar algo.
Para «abrirse los caminos» hay que invertir mucho dinero Foto: Elisa Gómez
Elisa Gómez
EL TIEMPO