Atracos a mano armada, “arrebatones” de carteras, celulares y hurto de vehículos están a la orden del día en el centro de Maracaibo.
Al llegar diciembre, los índices delictivos registrados en el casco central marabino son cada vez más alarmantes. Los tentáculos del hampa se extienden a lo largo y ancho del tradicional mercado para cazar a su próxima presa.
“Los delincuentes actúan de forma muy rápida. En la mayoría de los casos aprovechan la acumulación de personas para someter a sus víctimas con armas blancas y cometer sus fechorías”, explicó el G/B Luis Morales Guerrero, director del Cuerpo de Policía Bolivariana del estado Zulia (Cpbez).
Morales Guerrero asegura que el delito más común lo representan los atracos a mano armada, seguidos por los “arrebatones” de cartera y el hurto de vehículos y sus partes.
Una cartera, un teléfono celular y hasta un par de zapatos deportivos de marca son de los objetos más “buscados” por el hampa.
Las horas más críticas, según denuncias recibidas por la policía, son entre las 12:00 del mediodía y las 6:00 de la tarde, destacó el jefe policial.
La avenida Libertador, San Felipe, El Milagro (frente al puerto de Maracaibo), Las Pulgas y la avenida Padilla cerca del elevado, son considerados por organismos de seguridad como zonas rojas.
A decir de la policía, además de los atracos y “arrebatones”, el hurto de vehículos y sus partes prevalece en las cercanías de las Torres del Saladillo, en el casco central.
Los asaltos en los distintas paradas de transporte público y dentro carritos y autobuses también es un delito muy frecuente en el casco central.
María Pérez, quien trabaja como secretaria, recuerda cómo hace 3 meses, fue asaltada en un carrito por puesto que cubría la ruta Polar – Centro.
“Fue un jueves a las 6:30 de la tarde. Estaba desesperada por llegar a la casa y tomé el primer carrito que pasó por la ‘Libertador’. Llevaba un aviso improvisado en el que se leía ‘La Polar’.
No tenía cinco minutos de haberme embarcado cuando uno de los ‘pasajeros’ sacó un cuchillo y me exigió todas mis pertenencias”, rememoró la mujer.
Hechos como estos han obligado a algunos a reducir su jornada laboral para evitar ser “presa” fácil del hampa.
Tal es el caso de Rosalba Torres, residente del sector El Caujaro, del municipio San Francisco.
“Cada vez que se aproxima la temporada navideña ajusto mi horario hasta las 5:00 p.m, para que no me agarre la noche en el centro, pues pasadas las 6:00 p.m el riesgo de ser atracado es mucho mayor”, contó.
Sea cual sea la época del año, la osadía de los delincuentes no tiene límites. Ni el patrimonio es respetado por el hampa. En julio, comerciantes formales e informales notaron algo insólito: hampones arrancaron de sus bases las dos placas laterales del pedestal de la estatua de Rafael María Baralt, en el centro de Maracaibo.
Escasos dos meses después, delincuentes robaron la pesada puerta de bronce, de la antigua oficina de Onidex Maracaibo, situada en los predios de la plaza Baralt.
Morales Guerrero aseguró que a diario realizan constantes trabajos en materia de seguridad y vigilancia por las zonas más críticas del mercado marabino para reducir los índices delictivos.
“Hemos implementado un dispositivo de seguridad especial con el que se ha logrado reducir las denuncias”, dijo.
Exhortó a los ciudadanos a ser precavidos al momento de hacer sus compras navideñas.
“No dejar vehículos estacionados en lugares lejanos al comercio que va a visitar, no descuidarse manipulando el teléfono celular, llevar los vidrios del vehículo arriba, esconder el dinero, y, en el caso de las mujeres, no llevar tacones ni carteras lujosas”, son algunas de sus recomendaciones.
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