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Háganle caso a Felipe

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Háganle caso a Felipe

 

 

En la presentación del último informe del Instituto Casla  —Centro de Estudios para América Latina, al frente del cual se encuentra la abogada venezolana Tamara Sujú, tenaz defensora de los derechos humanos—, enviado a la Corte Penal Internacional, que sigue documentando casos de tortura por motivos políticos en las cárceles de la DGCIM y el Sebin, tuvo participación estelar el expresidente del gobierno español y buen amigo de Venezuela Felipe González, quien fue contundente en su apreciación de la situación de nuestro país al afirmar: «El régimen de Maduro sigue robando, torturando, reprimiendo, mientras se produce «un canto de alabanza de que hay que recuperar la comunicación».

 

 

Ante la inocultable deriva autoritaria del gobierno socialista del siglo XXI y el fallido diálogo auspiciado por este cuando necesita ganar tiempo, el curtido político andaluz se pregunta: «¿Alguien piensa que Maduro va a pactar elecciones limpias, con garantías, después de la construcción de estructuras (de represión) que ha hecho?».

 

 

Le sobra razón a Felipe González y haría bien nuestra oposición democrática en tomarse muy en serio sus opiniones y abrevar en tan sabia y experimentada fuente para no sucumbir a los cantos de sirena entonados por quienes acostumbran tirar piedras y esconder la mano. El diálogo es un comodín en el amañado póker de la dupla Maduro-Padrino. Este último, trisoleado general eternizado en el ministerio del poder popular de la defensa desde octubre de 2014 al que muchos atribuyen el atornillado de Nicolás Maduro en la silla miraflorina y de quien se dice que «es más chavista que Chávez», el poder tras el trono, el hombre clave ante una improbable transición; improbable, mas no imposible.

 

 

No presagia el expresidente nada bueno en el corto plazo: piensa que los comicios por venir serán manipulados como han sido todas las votaciones ganadas por el chavismo desde que en 2015 sufrió una derrota que puso en evidencia la creciente impopularidad de Nicolás Maduro. No, no habrá elecciones limpias y transparentes en 2024 (o antes, si como insinuó Cabello se adelantan). La plataforma unitaria debe estar alerta, a fin de no tropezar de nuevo con la piedra sembrada en su camino por un poder electoral que le es adverso. ¡Háganle caso a Felipe!

 

Editorial de El Nacional

 


Felipe González / Captura de pantalla

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