En el año 2011 Benedicto XVI beatificó al papa Juan Pablo II tras reconocerse su intervención en la curación «milagrosa» de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien padecía Parkinson. Dos años después, en septiembre de 2013, Francisco anunció que el «papa viajero» sería canonizado gracias a un segundo milagro: la sanación en 2011 de la costarricense Floribeth Mora.
Floribeth Mora asegura que el día de la beatificación de Karol Jósef Wojtyla, el 1 de mayo de 2011, se curó «milagrosamente» de un aneurisma cerebral, aún cuando le pronosticaban pocas semanas de vida. Según su testimonio, ese día escuchó la voz de Juan Pablo II.
«Después de que yo escuché esa voz en mi cuarto que me decía ‘levántate’ y que me volvía a repetir ‘levántate no tengás miedo’, yo sentí una paz, una paz diferente, pero ya no tenía miedo, ya no tenía esa agonía», dijo Mora en entrevista con CNN en Español.
Este testimonio será llevado al Vaticano el próximo 27 de abril, cuando proclamen santo a quien estuvo al frente de la Iglesia católica por más de 26 años. Floribeth Mora, conocida como ‘la señora del milagro’, viajará a Roma junto a su esposo para presenciar el acto.
Mora cuenta que no fue fácil convencer a todos del milagro, pero los médicos quedaron sorprendidos y no encontraron explicación para su cura.
«Vas caminando por algún lado y ahí va esa mujer, esa es la loca que sale por tele, y yo, guau, y sigo caminando, trato de no tomar importancia porque no es para estar discutiendo, no vale la pena, porque lo mío es hablar de Dios y estoy aquí para hablar de la grandeza de mi señor, las cosas están puestas para que las vean, yo estoy sana», sostiene.
‘La señora del milagro’ se hospedará en un convento en el Vaticano. Previo a la canonización de Juan Pablo II se reunirá con el papa emérito Benedicto XVI y con el papa Francisco.
Luego, esta madre de cuatro hijos también visitará Polonia, lugar de nacimiento de Juan Pablo II, invitada por la Iglesia.
La casa de Floribeth Mora, en la humilde comunidad rural de Dulce Nombre de Tres Ríos en Costa Rica, se ha convertido en referente de fe para decenas de católicos.
GV
