Para frustración de las docenas de periodistas y curiosos agolpados todavía esta mañana bajo la lluvia frente a la entrada del Ala Lido del Hospital de St. Mary’s de Paddington, los Duques de Cambridge no tienen previsto abandonar la clínica antes de las seis de la tarde (siete en la península) de hoy, quizás incluso mañana por la mañana. Catalina y Guillermo han tomado la decisión tras consultarlo con su equipo médico. La duquesa dio a luz ayer a las 4:24 a un bebé de 3,790 kilos casi once horas después de su ingreso hospitalario. El parto fue natural, aunque no ha trascendido si fue inducido, al haber pasado ya una semana desde que salió de cuentas.
Las cámaras esperan ahora retratarles saliendo de la clínica con el bebé en brazos
Los jóvenes padres han querido agradecer al personal del hospital, mediante un comunicado circulado este martes por la mañana, por la «estupenda atención» recibida durante la estancia. «Sabemos que ha sido un periodo muy atareado para el hospital», reconocen los duques. En efecto, la noticia del ingreso de la duquesa -que llegó a la clínica a las 5:30 de la mañana (6:30 en la peníncula) a bordo de un Ford Galaxy con los cristales tintados- generó, una vez se hizo público unas dos horas más tarde, una frenética jornada que congregó a cientos de periodistas y curiosos frente al centro médico, en la jornada más calurosa del año hasta la fecha.
La Casa Real intentó garantizar una cierta privacidad a la pareja retrasando cuatro horas el anuncio de que habían dado a luz a un niño, que es el tercero en la línea sucesoria de Isabel II. Así, el mundo se enteró a las 8:27 (hora local) del nacimiento del bebé. Unas horas que la pareja aprovechó para disfrutar a solas de su nueva condición de padres. «No podríamos estar más felices», expresaron Guillermo y Catalina en un escueto comunicado por la noche. El ginecólogo que les atendió, Marcus Setchell, de 69 años, explicó ayer que «es un bebé precioso».
Falta por despejar las apuestas en torno al nombre de la criatura. Los preferidos por los jugadores parecen ser George o James, nombres con larga tradición monárquica. Los herederos, además, suelen tener que llevar el peso de nombres de pila de cuatro nombres. Los Duques de Cambridge anunciarán el de Su Alteza Real el Príncipe de Cambridge «en el momento adecuado», han explicado. Lady Di y Carlos tardaron una semana en anunciar el de Guillermo, mientras que la Reina se demoró un mes hasta anunciar el nombre del Príncipe de Gales.
Salvas de honor a las dos de la tarde
La pareja ha pasado la noche en una de las seis habitaciones con aire acondicionado y televisión por satélite que tiene la maternidad del Ala Lido, y ahora las cámaras de todo el mundo esperan verles salir por las escalinatas de la clínica con el bebé en brazos. Una instantánea asociada inmediatamente al recuerdo de lo que hicieron Lady Di y el Príncipe Carlos, en esa misma entrada, hace ahora 31 años con su primogénito el Príncipe Guillermo en brazos. Una imagen que, todavía, tendrá que esperar unas horas.
Mientras tanto, las baterías de artillería real de Green Park, junto a Buckingham Palace, y de la Torre de Londres, saludarán el nacimiento de un nuevo heredero al trono con salvas de honor de 41 y 62 cañonazos respectivamente a las 2 de la tarde (tres en la península). Los miembros de la realeza tienen derecho a 20 cañonazos (además de la primera salva de señal), a los que se suman otros 20 cuando se disparan desde un parque. En el caso de la London Tower, se añaden otras 20 salvas por tratarse de una fortaleza real, según el protocolo de las ceremonias de Estado.
Una vez abandonen el hospital, se da por hecho que los duques y su bebé escaparán de la actual ola de calor en Inglaterra en casa de los padres de Catalina, en Berkshire, antes de mudarse al Palacio de Kensington, su residencia oficial. A partir de septiembre u octubre estarán ya culminadas las obras de reforma en la que será su casa definitiva, el llamado Apartamento 1A del complejo real, anexo a Hyde Park en el oeste de Londres. Se trata del complejo con 20 habitaciones donde vivió en su día la princesa Margarita. Carlos y Diana criaron a sus dos hijos, Guillermo y Enrique, en este mismo palacio, el mismo en el que creció -y nació- la Reina Victoria.
Fuente: ABC
