Algo muy raro tendría que pasar de ahora al 4 de marzo para que esa noche no se llevara el Óscar a mejor director el mexicano Guillermo del Toro, que tras ganar hoy el BAFTA del cine británico se ha hecho con todos los premios gordos de la temporada.
Desde su estreno en la Mostra de Venecia, la fábula romántica de «The Shape of Water» («La forma del agua») no ha dejado de darle satisfacciones a Del Toro (Guadalajara, México, 1964).
En Venecia se llevó el León de Oro a la mejor película, el comienzo de una interminable serie de galardones para él, para los actores -Sally Hawkins, Octavia Spencer o Richard Jenkins- y para muchos de los aspectos técnicos de un filme que tiene tanto de magia como de trabajo.
Pero si hay dos categorías en las que el filme está arrasando son las de dirección y música, a cargo del francés Alexandre Desplat.
Del Toro como director y Desplat como compositor se han llevado el Globo de Oro y el BAFTA. Y hay que añadir el prestigioso premio del Sindicato de Directores de Estados Unidos para el mexicano.
Todo eso le sitúa como el gran favorito para hacerse con el Óscar, con un recorrido idéntico al que tuvieron sus compatriotas Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón para ganar el Óscar por «The revenant» («El renacido», 2015) y «Gravity» (2013), respectivamente.
De llevarse el Óscar, sería el cuarto de dirección para México en cinco años ya que «Birdman» (2014) también le reportó esa estatuílla a Iñárritu -y eso que no se llevó ni el BAFTA ni el Globo de Oro-.
Solo se les escapó el del año pasado (correspondiente a las películas estrenadas en 2016), que fue para Damien Chazelle por «La La Land».
Pero lo que está claro es que los cineastas mexicanos ya han hecho historia, en los Óscar y en el cine en general.
Una historia marcada por ‘los tres amigos’ como se conoce en el mundo del cine a estos tres directores mexicanos que hasta tuvieron una productora juntos (Cha Cha Cha Films).
Tras el éxito de Iñárritu y Cuarón, ahora le llega el turno a Del Toro, un cineasta de culto gracias a títulos como «Cronos» (1993), «El espinazo del diablo» (2001), «Hellboy» (2004), o «El laberinto del fauno» (2006).
Ya era uno de los grandes, pero el éxito de «La forma del agua» ha terminado de reafirmar una brillante carrera.
Esta historia de amor entre una mujer muda y una criatura marina ha hechizado a público y crítica, lo que se ha traducido en 12 nominaciones para los BAFTA -con tres premios en la noche de hoy-, siete opciones a los Globos de Oro, con dos galardones, y 13 a los Óscar.
La más sólida, la de Del Toro como director, que tratará de llevarse el 4 de marzo en Los Ángeles (EE.UU.) ese Óscar que se le resistió con «El laberinto del fauno», que tuvo seis nominaciones pero ningún premio.
Sería la coronación para un director que nunca renunció a poner su sello en todas las producciones, ya se tratara de proyectos más espectaculares, como «Pacific Rim» (2013) a historias más personales, como es el caso de «La forma del agua».
Del Toro dijo a Efe en una entrevista reciente que con «La forma del agua» es la primera vez que ha hecho una película «con un aliento vitalista».
«Al contrario que ‘El espinazo del diablo» o ‘El laberinto del fauno’, que hablaban de la pérdida, de la poesía de lo que se llevó el tiempo, esta película es un canto a favor de la vida. Es momento de apostar por la vida y por lo que podemos tener», puntualizó.
Un mundo propio, ‘Guillermoland’ como lo llamó Sally Hawkins en una entrevista con Efe, que ha terminado de situar a Del Toro entre los grandes del cine.
EFE