Cunnilingus o sexo oral
Primero relájate. Suelta tu cuerpo y aleja la tensión. Si te cuesta trabajo, pídele que te de un masaje previo, así entrarán en calor.
Luego, ponte cómoda en la posición que mejor te acomode y pon tu mente en blanco. No dejes que los pensamientos nublen tu cabeza, céntrate en lo que está sucediendo en el momento.
Dirige la situación: Toma el control de sus movimientos y guíalo con tus manos hacia donde quieres que vaya. Puedes tomar sus manos y ponerlas en tus senos haciendo movimientos circulares con ellas o manipular sus dedos para que te apriete los pezones al mismo tiempo que te da placer en la zona sur.
Exprésate. Si tienes ganas de que haga algo, ¡díselo! también se vale que le digas lo que no te late.
No le pongas límite a tus sensaciones y deja que te lleve al éxtasis.
Sexo anal
Si quieres probar algo distinto, el sexo anal es la opción, sin embargo debes estar consciente de que esta forma de tener sexo debe ser más trabajada por no ser un área que comúnmente se utilice para obtener placer. Así mismo, si sientes que te estás lastimando, es mejor que te detengas.
La lubricación es esencial para sentirte bien durante este acto. Con él el pene resbalará mejor y no corres el riesgo de lastimarte.
Dilátate: para no sentir tan agresiva la entrada de su miembro, te recomendamos que jueguen previamente con un dilatador. Si sólo introducen la punta, el esfínter abrirá la cavidad.
Pídele que empiece muy despacio. Tómalo de las piernas y dirígelo a tu ano. Haz que te penetre con lentitud y ve aumentando el ritmo sin soltarlo, así medirás el ritmo y la velocidad.
Es importante que no olvide tu clítoris ni tus senos. Mientras juegan en esta posición, dile que lo estimule con sus dedos y/o acaricie tus pezones.
Para llegar al súper orgasmo, dile que también te penetre por la vagina usando sus dedos. Te volverás loca de placer.
Sexo coital
Aunque sea la forma clásica de tener sexo, hay ciertas cosas que reavivan el placer. Antes que nada, debes asegurarte de estar bien lubricada, si no lo estás puedes sufrirlo. Si no lo consigues, compra un lubricante artificial.
Dirige a tu hombre. Muchas veces, ellos piensan que entre más rápido y fuerte mejor sentimos, ¡pero no! Dile qué es lo que te gusta y lo que no.
Intercala los movimientos: se puede introducir el pene sólo hasta la mitad y luego profundamente, hacer círculos con tu cadera, hacer penetraciones largas y profundas… ¡intenta alguna y dale un giro a tus sensaciones!
Olvídate de la rutina: hazlo en lugares donde no pensaste que podías tener sexo. Chécalos en este link o en este otro, juega con disfraces, antifaces, jacuzzis, velas, plumas, chocolate… ¡el cielo es el límite!
Fuente: Veintitantos
