(CNN) — La metrópolis de Guangzhou, en el sur de China, puso en confinamiento a más de 5 millones de residentes, mientras las autoridades se apresuran a acabar con un brote creciente de covid-19 y así evitar que se active el tipo de confinamiento en toda la ciudad que devastó a Shanghái a principios de este año.
Guangzhou reportó este miércoles 3.007 infecciones locales, lo que supone más de un tercio de los nuevos casos en toda China, que está experimentando el mayor número de infecciones por covid-19 de los últimos seis meses en todo el país.
La ciudad de 19 millones de habitantes se convirtió en el epicentro del último brote de covid-19 en China, registrando más de 1.000 nuevos casos –una cifra relativamente alta para los estándares de cero covid del país– durante cinco días consecutivos.
Mientras el mundo se aleja de la pandemia, China sigue insistiendo en el uso de confinamientos repentinos, pruebas masivas, rastreo exhaustivo de contactos y cuarentenas para acabar con las infecciones tan pronto como surgen. El enfoque de tolerancia cero se ha enfrentado a un reto cada vez mayor con la variante ómicron, altamente transmisible, y sus elevados costes económicos y sociales han generado una creciente reacción pública.
El brote actual es el peor desde el inicio de la pandemia que ha afectado a Guangzhou. La ciudad es la capital de la provincia de Guangdong, que es una de las principales potencias económicas de China y un centro manufacturero mundial.
La mayoría de los casos en Guangzhou se han concentrado en el distrito de Haizhu, un barrio urbano mayoritariamente residencial de 1,8 millones de habitantes situado en la orilla sur del río Perla. Haizhu fue confinado el pasado sábado, y se pidió a los residentes que no salieran de casa a menos que fuera necesario y se suspendió todo el transporte público, desde los autobuses hasta el metro. El confinamiento debía durar inicialmente tres días, pero se amplió hasta este viernes.
¿Sin salida a la vista? China reafirma su política de cero covid a pesar de la frustración de la población
Otros dos distritos –con una población combinada de 3,8 millones de habitantes– fueron confinados este miércoles a medida que se ampliaba el brote.
Los residentes de Liwan, un antiguo distrito en el oeste de la ciudad, se despertaron con la orden de permanecer en casa a menos que sea absolutamente necesario. Los colegios y universidades del distrito recibieron la orden de cerrar sus campus. Se prohibió comer en los restaurantes y se ordenó el cierre de los comercios, salvo los que proporcionaban suministros esenciales.
Este miércoles por la tarde, un tercer distrito, el periférico Panyu, anunció un confinamiento que durará hasta el domingo. El distrito también prohibió la circulación de vehículos privados y bicicletas.
A partir de este jueves, todas las escuelas primarias y secundarias de los ocho distritos urbanos de la ciudad trasladan las clases a internet, y los jardines de infancia permanecen cerrados. Las clases particulares, los centros de formación y las guarderías también suspenderán sus servicios, según informaron este miércoles los responsables de educación de la ciudad, en una rueda de prensa.
Se han realizado pruebas masivas en nueve distritos de la ciudad, y se han cerrado más de 40 estaciones de metro. Los residentes considerados contactos cercanos de las personas infectadas –que en China pueden ser desde vecinos hasta quienes viven en el mismo edificio o incluso en un complejo residencial– han sido trasladados en masa a instalaciones de cuarentena centralizadas.
El brote también ha causado cancelaciones masivas en el aeropuerto internacional de Guangzhou Baiyun, uno de los más transitados del país. Hasta este jueves por la mañana, el 85 % de los casi 1.000 vuelos que llegaban y salían de Guangzhou había sido cancelado, según datos de la empresa de seguimiento de vuelos Variflight.
CNN