Adriana Cisneros, hija del patriarca del grupo, Gustavo Cisneros, anunció recientemente la nueva meta de la organización, traducida en un complejo hotelero en la República Dominicana.
En entrevista exclusiva recien concedida a Forbes, detalló que Tropicalia Four Seasons es el plan que se llevará a cabo a través de su nuevo frente dedicado a bienes raíces.
Se trata de un proyecto con una inversión de más 300 millones de dólares que generaría al menos 1.800 puestos directos de trabajo.
“Hace cinco años anunciamos una nueva estructura corporativa, para ver en qué nos íbamos a enfocar en la próxima década o dos, es un ejercicio que solemos hacer”, comenta.
“Lo de Real Estate es una división totalmente nueva, un espacio donde no habíamos participado antes y es ahí donde encaja el proyecto Tropicalia en República Dominicana”, sostiene.
El hotel será para unos cuantos afortunados. Four Seasons gestionará el complejo que Cisneros levantará en dos años, 170 habitaciones y 40 residencias; todo, por supuesto, de lujo. “Una noche costará entre 900 y 1,200 dólares”, revela Cisneros, un monto que según le indican sus estudios, podrán pagar turistas que buscan el lujo y no temen desembolsar entre 12,000 y 14,000 dólares por viaje. “Se trata de una oferta única, muy especial y que el Caribe necesita”, explica.
Preguntada por el éxito de otros inversionistas venezolanos en el país, como Luis Emilio Velutini con Blue Mall y el hotel JW Marriott, además de otros proyectos inmobiliarios, Cisneros dijo desconocer los detalles de dichas inversiones y de las alianzas que tienen colegas con empresarios locales.
Luego de analizar proyectos de 30 arquitectos, se inclinaron por el complejo que ya se levanta y que se estima estará listo para 2018.
Cisneros dice que a diferencia de otros grupos familiares, no existe un decreto que dictamine que debe ser alguien de la familia. “Entre mi abuelo, mi papá y yo han habido ceos que estaban preparados. En este momento soy yo”, dice enfática.
De la crisis en Venezuela evita hablar, y si lo hace es a grandes rasgos. Justifica la supervivencia de la marca Cisneros a la presencia de sus negocios en toda Latinoamérica. “Tenemos un horizonte mucho más lejano que una empresa de cualquier otro tipo, y eso te ayuda a poder superar cualquier crisis, económica, política, familiar”, sostiene.
Dice que el valor agregado de Cisneros es que pueden darse el lujo de planificar su estrategia para los próximos 30, 50 o 100 años.