El miércoles terminó el mandato de Michelle Bachelet al frente de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Fueron cuatro años de intenso trabajo en los que hizo un gran esfuerzo por retratar en blanco y negro la realidad de muchos países en este tema tan fundamental. Y entre esos, Venezuela, que gracias a sus informes consiguió que el mundo viera con objetividad lo que el pueblo de esta nación padece con el gobierno chavista.
Incluso antes de irse prometió que hablaría telefónicamente con Nicolás Maduro porque quería asegurarse de que le pusiera atención a las cosas que están pendientes para corregir la violación sistemática de los derechos humanos por parte de su gobierno. Y los venezolanos esperan que sus palabras hayan surtido efecto. En el último informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en junio de este año, Bachelet reconoció una disminución de las muertes a manos de las fuerzas de seguridad del chavismo y destacó lo positivo de la eliminación de la FAES; sin embargo, no dejó de reiterar la cantidad de presos políticos en terribles condiciones, las torturas, la persecución de activistas, periodistas y medios de comunicación, entre los que destaca El Nacional.
Uno de los logros de la gestión de Bachelet y que hay que agradecer es el establecimiento de una oficina del Alto Comisionado que ella dirigía con 16 empleados que están en el país con la intención de seguir vigilantes ante las violaciones de los derechos fundamentales de los venezolanos. En su último informe tampoco dejó de mencionar los números que arrojan los estudios sobre desnutrición y el poco alcance que tiene el salario mínimo para satisfacer las necesidades básicas de la población; también mencionó el restringido acceso a los servicios de salud. Todo lo que mantiene a la sociedad en jaque ha sido plasmado en sus documentos y los venezolanos aspiran a que su sucesor siga con este trabajo, pues al menos, como se dijo antes, retrata la realidad desde una perspectiva experta.
En sus últimas palabras ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, Bachelet reconoció que a escala mundial es poco lo que se ha avanzado en materia de respeto a los derechos humanos. Hizo una petición importante, la defensa del multilateralismo y el respeto a las leyes internacionales para garantizar en algo los progresos obtenidos hasta ahora, aunque sean pequeños. Además, presentó un último informe sobre las evidencias que su equipo encontró de violación de derechos humanos de la minoría iugur en China.
Son muchos los frentes que tuvo que cubrir Bachelet en estos años, a los que además se sumó una pandemia con consecuencias devastadoras y una guerra que ha profundizado la precariedad mundial y las violaciones de los derechos humanos de los ucranianos. A pesar de todo eso, la comisionada no dejó de trabajar, y eso es evidencia de que la vigilancia mundial es necesaria para contrarrestar los abusos y poner tras las rejas internacionales a los que se dedican a estos crímenes. Por eso le agradecemos.
No hay sucesor nombrado todavía, pero desde Venezuela esperamos que por lo menos sea una persona empática que no tema enfrentarse con los poderosos para denunciar las aberraciones de las que son capaces.
Editorial de El Nacional